ALEMANIA, COMO UN PULPO EN UN GARAJE

El pulpo Paul, el cefalópodo germano más famoso, predijo que La Roja derrotaba a Alemania. Dicho (predicho) y hecho. La selección alemana cayó por uno a cero, y debió sentirse como un pulpo en un garaje, porque España le metió un baño de padre y muy señor mío. Los teutones renunciaron a su estilo, ese que les había hecho golear a Inglaterra y a Argentina, esperaron a los de Del Bosque en su campo con la única opción de buscar una contra y eso fue su ruina. Al igual que su mascota tentacular se mostraron fuertes a la par que tímidos. Les metimos la del pulpo.

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No se recuerda semifinal de un mundial tan desigual, La Roja sí que fue fiel a sus principios y manejó la pelota a lo largo y ancho del encuentro, Busquets y Xabi Alonso imperiales mantenían a raya a los pupilos de Löw, y Xavi e Iniesta daban un recital de fútbol control, vaya par de jugadorazos. El de Tarrasa dirigió con su maestría habitual y volvió a impartir cátedra y Don Andrés se equiparó ayer a los mejores “10” de cualquier fase final de un Mundial.

Sorprendió el planteamiento inicial, con la inclusión en el once de Pedrito por Torres. Siete del Barça sobre el césped. Mano de santo. Don Pedro exhibió su estado de gracia, con un punto de velocidad más que el resto, con ganas de comerse el mundo, y el Mundial. Revolucionó el choque, aparecía por doquier, se ofrecía siempre, y como maneja con descaro y desparpajo las dos piernas por igual, entraba por un costado o por otro indistintamente. Los “panzer” alemanes se vieron desbordados por su alineación, esperaban un Torres de referencia y no encontraron más que un tipo escurridizo y difícil de marcar. Acierto total del cuerpo técnico.

España presionaba con todo y con todos, el pulpo germano no encontraba algas con las que alimentarse, sólo la tinta que expulsaban para defenderse con unos centrales contundentes les mantenían en el partido. Las ocasiones de los nuestros se sucedían, el tiqui-taca de los jugones hacía prever que el pulpo alemán acabaría en la paella española. Pero paradójicamente, es lo que tiene el deporte rey, cuando parecía que el tanto era susceptible de llegar por la vía de la combinación y el buen fútbol, llegó en un corner botado por Xavi en el minuto 73, el balón se evadió del ámbito de los teutones que defendían en zona, desde el borde del área entró “Tarzán” Puyol como una exhalación, elevándose con el empuje de toda la afición, con el aliento de toda la hinchada española, con toda “La Furia”, remató de espectacular testarazo al fondo de las mallas. Era el gol que daba el pase a la final. España hizo historia en Durban plantándose en la final de un Mundial por primera vez, nos espera en Johannesburgo una Holanda menos naranja mecánica que nunca. A buen seguro la exprimimos. Arriba La Roja.