Parecía que FC Barcelona tenía todo controlado, venía de ponerse líder en el campeonato doméstico, su estrella mundial, Lamine Yamal, se recuperaba de la lesión, el mejor mediocampista del planeta, Pedri, aseveraba que el Barça es el mejor equipo del mundo, … cuando de repente apareció el París Saint Germain, vigente campeón de Europa, para dar un puñetazo en la mesa y decir aquí estoy yo y a callar. Y efectivamente ahí está el PSG que se impuso 2-1 al conjunto de Flick, y eso que jugó sin su tridente ofensivo: Kvaratskheia, Doué, y el actual Balón de Oro, Dembélé.Todo hay que decirlo, el Barça está cogiendo ritmo, tomando velocidad de crucero y estos van como aviones. Se debe resaltar que el Barça dominó a su rival durante los primeros 35 minutos, pero los de Luis Enrique cogieron las riendas a partir de ahí y no las soltaron hasta el 90, donde asestaron el golpe definitivo, con un centro del incombustible Hakimi, que Gonzalo Ramos solo tuvo que enviar al fondo de las mallas.
Fue
una lucha sin cuartel, un duelo de alto voltaje en el que ningún contendiente
escatimó el más mínimo esfuerzo. Se adelantaron los locales en el marcador,
como justo premio a un mejor juego, ya que los azulgranas habían domado a los
franceses. En el minuto 19 La asistencia de Rashford la materializó
Ferrán Torres en el primer tanto de la noche. No hubo concesiones y
Mayulu en el 38 igualaba la contienda. Antes Lamine Yamal había dejado
destellos de su clase mundial. En la segunda mitad fue un monólogo de los
galos, con un hecho excepcional, que uno nunca ha visto en muchas décadas al
Barça jugando en casa: minutos finales, con empate a uno, y Szczesny
perdiendo tiempo, algo vio el portero polaco, que ya estábamos vislumbrando
todos.
Otro
gallo hubiera cantado si el árbitro, Michael Oliver,
hubiese tenido las agallas suficientes, -que no tuvo- para expulsar a Nuno
Mendes con 1-1 en el marcador, por la segunda tarjeta amarilla, tras dar
una patada a Lamine al borde del área. Una doble amarilla de libro, que con 1-1
en el electrónico habría devengado otra historia. El traspiés no reviste gravedad.
Eso sí, sitúa al Barça en un contexto en el cual no es único gallo del corral.
Que si al curso pasado, donde se obtuvo un triplete de títulos, le faltó la Champions
por conquistar, y para este es un objetivo, hay que darse cuenta que no
será fácil obtenerla, que está el PSG y que también anda por ahí el Bayern.
Y que, si el Barça ha empezado como una moto, estos dos van en cohete.

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