Impresionante e inaudito lo del gran Luis Suárez, dos póquer en cuatro días, ni los más viejos del lugar
recuerdan a un futbolista marcar 8 goles en dos jornadas ligueras consecutivas.
Una mala bestia el killer uruguayo al
que ningún guardameta que se precie le gustaría tener enfrente en noches
inspiradas como las que está teniendo el "9" azulgrana, el mejor
delantero centro del momento que colaboró de manera decisiva en el 6-0 que el FC Barcelona le endosó al Sporting en el Camp Nou.
La goleada no empezó a fraguarse hasta
bien avanzada la segunda mitad, así pues el Barça jugó con fuego durante una
hora larga, en la que no fue capaz de lograr el tanto de la tranquilidad. La
primera mitad de los culés fue bastante floja, no pareciendo un equipo que se
jugaba el liderato de la liga, cuando ya sabía que sus dos rivales, Atlético y
Madrid, habían ganado sus respectivos duelos. Es más parecía que los de Luis
Enrique se estaban reservando para el martes en Champions, no recordando que
están eliminados. Así al tanto de Messi, de cabeza tras salida en falso de
Cuéllar, le sucedieron una serie de jugadas intrascendentes, un ritmo carente
de lo que pedía el choque, y un cariz que propició el runrún del Estadi.
Tras irse con el 1-0 al descanso algo
debió decirles Luis Enrique, pensamos que les comentaría algo sobre que se
estaban jugando la liga y había que hacer algo o bastante más para no pasar
apuros. Messi tomó nota, y empezó a dominar el partido, dirigía y maniobraba a
su antojo. Pronto empezó a desbordar rivales y a ver huecos por donde filtrar
pases dañinos. Así se fraguó la goleada y la noche del "Pichichi"
Suárez, que anotó cuatro dianas en 24 minutos, dos de ellas de penalti. Neymar,
tan apagado como de costumbre en los últimos tiempos, metió otra pena máxima,
cedida por Messi para que se animara y dejara la cara de mustio que arrastra últimamente,
aún así fue el más flojo del Barça. Quedan tres jornadas y las espadas siguen
en todo lo alto.
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