Ibra-Mou, dos tontos muy tontos

Ibrahimovic y Mourinho, Mou e Ibra, tanto monta, monta tanto, dos tontos muy tontos. Como los de la película de Jim Carrey, pero más. El sueco no se hizo el ídem, y soltó nada más ser eliminado el Milán por el Barça, que “ahora entiendo a Mourinho”. El portugués hizo lo propio tras plantarse en semifinales al eliminar al todopoderoso Apoel, proveniente del potente fútbol chipriota. Que por cierto, todavía tenemos que tragarnos a los pseudoperiodistas de la caverna, babear con su entrenador, porque les ha metido dos años seguidos en semifinales, pero si es que se han plantado ahí sin jugar contra nadie, pero ¿con quién han empatado?

Pues hete aquí que el sinvergüenza y faltón Mou, todavía tiene chulería para cargar contra el Barça, afirmando que “son super favoritos, que ya están en la final”, y apostillando el muy falso: “porque son muy buenos”. Todo ello con la correspondiente carga de ironía del maleducado luso.

Los dos tiran la piedra y esconden la mano, una prueba más de la cobardía que atesoran. Son cobardes y rastreros, y ya no engañan a nadie. Todos, absolutamente todos, sabemos lo barriobajeros que son. Ya han tocado fondo, pero ¡ojo! Que todavía pueden seguir escarbando.

Por otro lado, volviendo con el gigantón milanista, nos pareció fantástico el savoir-faire del barcelonismo, el Camp Nou utilizó el manido “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”, y así se lo hizo saber el Estadi al sueco desagradecido. El Barça, el mejor equipo de la historia del fútbol, le permitió jugar una temporada en sus filas, y eso no lo puede decir todo el mundo. Tuvo la oportunidad de estar con los mejores, y no la aprovechó, no supo estar a la altura. Así que hubo que darle la patada. Tanta gloria lleves Zlatan, como paz dejas.

Para rematar este rocambolesco episodio de los dos tontos muy tontos, el ínclito Mourinho, aseguró que: “Ibra es un chico inteligente pero lo ha entendido tarde”. Aludiendo a los supuestos favores arbitrales al Barça, que le persiguen como fantasmas desde que llegó a Madrid, y no le dejan dormir tranquilo. Esos supuestos favores que pretende que se reviertan contra el Barça y que le favorezcan a él, y que acabe como los que realmente recibió él con el Oporto ante el Deportivo de La Coruña, con el Chelsea ante el Manchester o sin ir más lejos con el Inter ante el propio Barça, con la ayuda inestimable de su compatriota y amigo Olegario Berenquerença. Pero el despreciable, tirando a muy despreciable Mourinho, solo le ve la paja en el ojo ajeno, jamás la viga en el propio.