El Barça sobrevive a La Romareda

Jugó con fuego el FC Barcelona en casa del Zaragoza. Se impuso a un aguerrido equipo maño por 4-1, pero no sin dificultades. El colista, de hace un par de jornadas, a punto estuvo de darle un susto al actual campeón, que no jugó uno de sus mejores partidos. Ni con diez, por expulsión de Abraham, se rindieron los de Manolo Jiménez, que dieron la cara todo el partido.

Una vez más el equipo de Guardiola tuvo que enfrentarse a los elementos, el césped parecía más un campo silvestre de margaritas que el procedente para la disputa de un partido de primera división. Pero estas bajezas, introducidas por el cobarde Mourinho, ya se han convertido en práctica habitual en todo el viejo continente cuando llega el temido Barça. Así Chelsea, Madrid, Milán y ayer Zaragoza, han tratado de obtener ventaja, por el pánico que les infunde el fútbol brillante de los azulgranas.

Con la hierba seca, el Barça trató de hacerse con la manija del duelo, circunstancia más compleja aún, si tenemos en cuenta que los hipnotizadores de la pelota, Xavi e Iniesta, lo veían desde el banquillo. Se logró tener la posesión, pero sin profundidad. Los blancos presionaban con intensidad y asustaban con los acercamientos de un incisivo Aranda. Un piscinazo descarado de Lafita ante Valdés, fue sancionado por Turienzo con penalti. El cancerbero de Hospitalet lo detuvo con acierto, pero ya no pudo con el remate de cabeza de Aranda unos minutos más tarde. Los tres puntos peligraban para los culés, hasta que un fallo garrafal de Roberto a la salida de un córner, lo aprovechó Puyol para igualar la contienda. Tres minutos más tarde Messi, de zurdazo al palo corto y la expulsión de Abraham a un minuto del descanso, llevaban la tranquilidad a la parroquia blaugrana.

Pero sólo fue una aparente tranquilidad, pues en la reanudación el Zaragoza puso de manifiesto que cree en la permanencia, y atacando con descaro, no dio el choque por perdido, poniendo en aprietos a un contemplativo Barça, que no supo sentenciar hasta el 85, donde un clarísimo penalti sobre Alexis, muy activo toda la noche, lo convirtió Messi para finiquitar el encuentro. Pedro anotó el cuarto, tras asistencia del argentino, para sumar la novena victoria consecutiva y reducir provisionalmente la desventaja con el Madrid a tres puntos.