TRIBUTO AL CAMPEÓN

Con el FC Barcelona ya coronado como campeón de Liga, llegaba el Deportivo al Camp Nou con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza, de ahí que el partido no fuese todo lo vistoso que hubiese deseado la hinchada culé como colofón al brillante título obtenido.

Con una formación de circunstancias, donde sólo Valdés, Abidal y Mascherano, pueden considerarse verdaderos titulares, se plantó el Barça pensando más en la final de Wembley que en el último encuentro de esta temporada en el Estadi. El Deportivo hizo honor a su nombre y recibió con el tradicional pasillo de homenaje a los azulgranas. Esto y la recepción del trofeo al finalizar el choque, fueron las notas más destacadas que nos dejó el partido. Ni el ver al líder plagado de suplentes, hizo que los coruñeses despertasen de su letargo, estuvieron agazapados en torno a Aranzubia, austeros durante los 90 minutos. Un punto le debió parecer un botín suculento a un equipo que pugna agónicamente por evitar el descenso.

El equipo blaugrana, salvo algún susto en los inicios, continuó con la propuesta futbolística habitual, dominó el control del esférico de cabo a rabo, pero sin profundidad, aunque poco a poco trataba de rebasar el compacto entramado urdido por Lotina. Se notaba y mucho la falta de los destellos de sus futbolistas estrella. Solo Afellay, de vez en cuando, trataba de hacer de Messi, pero se perdía en regates sólo al alcance del número uno. La falta de fluidez y de verticalidad pesaron como una losa en el bloque juvenil que dispuso Guardiola. A pesar de que Alves entró en la segunda mitad e inyectó algo de profundidad en el flanco derecho, pero no fue suficiente. El empate final le supo mejor a los de A Coruña. El Barça recibió el trofeo de campeones. Y todos contentos.