De la carrera disputada en el Gran Premio de Hungría de Fórmula 1, quedarán para la posteridad un par de cosas: el dominio aplastante de los Red Bull, y la poca categoría como persona de Michael Shumacher. Como persona, y por qué no decirlo, como piloto, el alemán es el más sancionado de la historia de la Fórmula 1, sus malas artes al volante, su falta de compañerismo, su marranería, volvieron a hacer acto de presencia en Hungaroring. En la batalla por la décima posición cerró a Barrichelo contra el muro y el brasileño a punto estuvo de estamparse a más de 300 km por hora. Otra cerdada más del Kaiser ruin y tramposo. Y ya van... Patético y lamentable. La FIA le ha sancionado con 10 puestos en el próximo gran premio, qué menos. Es lo que se merece, seguir arrastrándose por los circuitos desde el puesto undécimo al último. Y continuar así engrandeciendo la leyenda y la figura del mítico Ayrton Senna.
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En cuanto a la carrera, sólo Alonso y el desconocimiento del reglamento por parte de Vettel, evitaron un doblete de los Red Bull. Fernando estará esperando a ver si la abolición de los toros en Cataluña, llega a los “toros rojos” en el circo de la Fórmula 1. Porque de otra forma no hay manera. Es que no hablamos de unas milésimas más rápidos, hablamos ya de la estratosférica cifra de un segundo por vuelta. Inalcanzables. Aparte del drive through a Vettel, también le acompañó la suerte al asturiano con el abandono de Hamilton, celebrado por todo lo alto en todas las escuderías rivales. Webber se alzó con su cuarta victoria de la temporada, con una estrategia que ni en la escudería austriaca se imaginaban, tiró y tiró de neumáticos blandos hasta que sacó la diferencia precisa para poner los duros y mantener su primer puesto hasta el final. Carrerón del australiano. Con ese monoplaza y esa conducción apunta al campeonato, si su escudería “le deja”. .
Alguersuari no pudo ni completar una vuelta con su Toro Rosso, por problemas mecánicos, pero De la Rosa por fin tuvo su fin de semana glorioso, noveno en la clasificación y un meritorio séptimo puesto al final, con un Sauber que no da para más. Nos alegramos por él. Se lo merece.
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