domingo, 27 de octubre de 2024

El FC Barcelona humilla al Madrid en el Bernabéu (0-4)

 

Tremendo baño el que dio el Barça al Madrid en el Santiago Bernabéu. Un 0-4 escandaloso, una goleada de las que escuecen y un golpe de autoridad del FC Barcelona en una liga que ya lideraba. Un repaso en toda regla dirigido por el comandante Flick, que no titubeó ni un segundo, ni contra el Bayern, ni contra el Madrid, para mantener su esquema, su línea defensiva adelantada, ni su presión en todo el campo. Los azulgranas dejaron al eterno rival en fuera de juego siempre, metafórica y literalmente, durante los 90 minutos del partido, relegando al más absoluto ostracismo a los mediáticos Mbappé, Bellingham y Vinicius.




Fue un clásico de ida y vuelta, trepidante y con presencia en las dos áreas, siendo los visitantes más efectivos que los merengues. Con un Lewandowski en plan estelar, convirtiendo en oro todo lo que toca y un Iñaki Peña que se reivindicó con paradones de todos los colores. El delantero centro polaco, ahora mismo el mejor “9” de toda Europa, masacró a los blancos con dos golazos de nivel mundial, el primero de disparo ajustado a la cepa del poste, desde fuera del área, tras pase filtrado de Casadó, y el segundo con un cabezazo para poner en todas las escuelas de fútbol, “masterclass de cómo cabecear al fondo de las mallas y que los dos centrales miren atónitos cómo te elevas por encima de ellos”.

El primer acto acabó en tablas, tras el tanteo de rigor, y los fallos inherentes a la presión de un encuentro de esta magnitud. Tras la reanudación entró al campo un imperial Frenkie de Jong, en sustitución de Fermín, y llegó la eclosión culé, cuatro golazos como cuatro soles, que dejaron temblando y escocido al estadio madridista. A las dos dianas en dos minutos de Lewy, le siguieron los golazos de Lamine Yamal, que mandó al banquillo a un sobrepasado Mendy, tras ese derechazo que quitó las telarañas de la escuadra de Lunin; y una vaselina de Raphinha, que tampoco supo defender Lucas Vázquez. Con ese 0-4 finalizó el duelo, estalló la felicidad en azul y grana. Y el Barça, más líder todavía, conquistó el Bernabéu, con una espectacular puesta en escena expuesta con su mejor defensa, su rigurosa disciplina táctica, su superioridad técnica y física. En resumen, un baño y un repaso en toda regla.

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