Se
tomó cumplida revancha el FC Barcelona con el temido rival europeo, el
Bayern. Al cual le endosó una soberana paliza 4-1, que pudieron ser más de entrar
un gol de rebote tras fallo de Neuer, y otro de Lewandowski, que
no la tocó por un centímetro, tras centro medido de Lamine Yamal. El
polaco, por cierto, dio un recital de “9” puro, recibiendo, fajándose,
descargando y anotando un gol antes sus ex. Pero la estrella más rutilante del
firmamento azulgrana fue, que duda cabe, Raphinha, un hat-trick
de lujo, pues fueron tres golazos a cual más espectacular. En realidad, todos estuvieron
a un nivel altísimo, a excepción de Balde, que tuvo una actuación más terrenal.
Los
goleadores finísimos, Lamine Yamal bailando a sus defensores, Pedri en
modo Zidane, Casadó comiéndose con patatas a Kimmich, la zaga firme
y contundente, qué decir de Koundé, hubo un momento en que pudo con tres
alemanes a la vez, en definitiva, un lujo coral. Mención especial para Fermín,
tras dos lesiones consecutivas, sale contra el Sevilla unos minutos el
siguiente partido ya contra el ogro teutón. ¡Y… un festival el tío!: pase de
gol a los 55 segundos de partido, girándose sobre sí mismo como un bailarín,
exhibiendo una verticalidad obscena, se fajó hasta con el gigantón coreano para
ganarle el balón, y asistir a Lewy para el 2-1. Este chaval es un
escándalo. Gavi, De Jong y Olmo tienen competencia y se tienen
que volver a ganar el puesto.
En
el planteamiento sobre el campo Flick le dio sopas con honda a Kompany.
El alemán con todo su cuajo volvió a mantenerse firme y dispuso la línea
defensiva en el medio del campo. Los alemanes que son mejores de lo que indica
el marcador, supieron romper esa línea, y atemorizaron a todo el Estadio Olímpico,
hasta el punto de empatar, con gol de Kane. Lo único que no contaban con
“SuperRafa”, tres disparos, tres golazos. Un lujo de futbolista en las filas
azulgranas. Así que victoria de prestigio y de revancha, y a pensar en la
próxima parada: el Bernabéu.
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