lunes, 22 de enero de 2024

Lo que diga Ferrandowski

 

Uno de los mejores partidos del FC Barcelona de los últimos tiempos se volvió a saldar con sufrimiento, agonía y victoria en los minutos finales. Se impuso con justicia en el Benito Villamarín, donde nadie había ganado esta temporada, por 2-4, dejando al Real Betis con la miel en los labios, ya que el conjunto verdiblanco había conseguido igualar un encuentro que le había puesto cuesta arriba con el 0-2. Un inspirado Isco había materializado dos tantos en tres minutos para algarabía del feudo bético. Y pudo haber dado la vuelta al marcador, ya que el conjunto de Xavi se quedó noqueado tras comprobar que, tras una hora de juego brillante, solo sacaban un punto de Sevilla.




El Barça salió con su tridente de jugones en la medular, De Jong, Gündogan y Pedri, un trío indiscutible al que Xavi da por titularísimo para poder aplicar sus directrices de toque y control. Y la combinación funcionó pues los azulgranas dominaban a los locales, haciendo un fútbol reseñable, y llegaban a la puerta contraria con profundidad y peligro. Ferrán inauguró el electrónico tras un pase de la muerte de Pedri. Con este resultado se llegaría al descanso, puesto que el zurdazo de Lamine Yamal se estrelló contra el poste y el gol de Lewandowski fue anulado por fuera de juego.

El paso por vestuarios se supone que iba a beneficiar a los verdiblancos, pues acabaron pidiendo la hora, pero el Barça siguió a lo suyo con las mismas armas que tan buen resultado le dieron en el primer acto. Solo que dos zarpazos de Isco, uno de zapatazo a bote pronto y otro de vaselina, igualaron la contienda. Como el Barça quedó tocado Xavi agitó el banquillo, entraron Vitor Roque y Joao Félix, al brasileño todavía se le está esperando, no ha dejado ni un pequeño detalle al que agarrarse, pero el portugués soltó la de cal y con un tiro combado con el exterior de su pie bueno, la ajustó al palo desde la frontal anotando el tercero en el 90. La sentencia definitiva, y su hat-trick particular, la culminó Ferrán con una cabalgada que resolvió mano a mano con una vaselina sutil. Era el cuarto, el de la tranquilidad, y el que sigue dejando al Barça en la carrera por la Liga. (Si los árbitros no persisten en regalársela al Madrid).

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