domingo, 24 de septiembre de 2023

Remontadón al Celta y liderato

 

Apeló a la heroica el Fútbol Club Barcelona en el Olímpico de Montjuic y remontó un partido que se había puesto muy, pero que muy cuesta arriba. Perdían los locales por 2-0 en el minuto 80 de partido, y ya con caras sonrientes del Celta, se produjo un vuelco al marcador de esos que enardecen al respetable y se quedan en la retina con el paso del tiempo. En 8 minutos mágicos un doblete de Lewandowski y un gol de Cancelo -a lo Sergi Roberto contra el PSG- dieron una victoria a los barcelonistas en la que muy pocos creían, dado el serio partido disputado por los de Vigo, gracias al buen planteamiento de Rafa Benítez.




Antes de tirar de épica los locales habían realizado un flojo encuentro en el que se produjeron demasiados desajustes, algún que otro cambio que no funcionó, y también la lesión de De Jong, que siempre es un hándicap para el juego de los de Xavi. En uno de esos desfases, Cancelo se quedó lejos del lateral derecho y Koundé no llegó a la cobertura, Larsen se largó un disparo cruzado espectacular que servía para adelantar a los celestes. Si con el 0-0 ya estaban parapetados con un autobús de dos pisos y matrícula de Pontevedra, con la ventaja en el marcador ni te cuento. Pero es que además robaban el esférico a un espeso Barça y salían a la contra, combinando perfectamente y metiendo el miedo en el cuerpo a un Ter Stegen, que tuvo que sacar a relucir sus guantes en más de una ocasión. Con esta espesura culé se llegó al descanso.

Xavi tenía que agitar el árbol y lo hizo desde el comienzo de la segunda mitad. Acabó jugando con dos defensas puros y toda la artillería delante: Lewy, Joao Félix, Yamal, Raphinha, Tampoco dio buenos resultados, puesto que el resultado era el mismo en el marcador y en el juego. El Celta seguía a lo suyo y como el duelo era ya un correcalles, lo aprovecho para trenzar una jugada desde su propia área hasta la rival para que Douvikas batiese a Ter Stegen de tiro cruzado. Era el minuto 76 y el cansancio o la relajación o la poca fe de los celtiñas, o los tres factores juntos, propiciaron el último arreón culé. Comandado por Lewandowski, que acortaba distancias con una vaselina, tras asistencia de Joao Félix, y empataba el choque tras pase de la muerte de Cancelo. El propio portugués, jugando de todo menos de “2”, entraba como una exhalación como si de un delantero centro se tratase, para culminar la remontada, con un tercer tanto que desató la locura en Montjuic y valía para el triunfo y el liderato de LaLiga. Memorable.

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