miércoles, 27 de septiembre de 2023

El Mallorca amarga el liderato del Barça

 

Se las presumían felices en el FC Barcelona tras la espectacular remontada que realizaron contra el Celta y la derrota del Madrid. Esta combinación de los dos factores les encaramó al liderato de LaLiga, pero en Son Moix salió un Mallorca respondón y un Barça timorato y con cierta desidia. Los azulgranas, probablemente, echaron de menos a Frenkie de Jong, seguramente también a Pedri, y un servidor hasta se acordó de Busquets. Y es que se vislumbró tan escasa interconexión entre los que sacan el balón jugado y los de arriba, que daba para acordarse de la mayoría de los medios defensivo-constructivos de la historia culé.




Los de Xavi ganaron en su última visita a Mallorca, sin merecerlo, y en esta ocasión tampoco se hicieron acreedores de la victoria. Máxime con las rotaciones que introdujo el entrenador egarense, que quitó de una tacada a la pareja de centrales titulares, hasta la fecha, y a Lewandowski. Metiendo a un Araujo, que no estuvo fino tras venir de una lesión, a Íñigo Martínez, que estuvo canalla, perdiendo muchísimos balones y rompiendo el fuera de juego en el gol de Abdón; y ubicando de “9” a Ferrán, que pasó completamente desapercibido. Si a eso le unes que el que casi nunca falla, Ter Stegen, esta vez le dio un pase a un jugador rival, que acabó en el primer gol local, obra del tanque Muriqui, pues el partido plantea enormes dificultades. Aún con todo, Raphinha consiguió empatar de un zurdazo tremendo desde la frontal, y tuvo el 1-2, pero solo frente al portero la tiró a las nubes. Sí marcó Abdón tras pillar a los centrales despistados, era el minuto 48 y fue un jarro de agua fría para los visitantes.

Tras la reanudación el Barça no mejoró, pero tuvo la igualada con un disparo seco de Joao Félix que te estrelló en la cepa del poste. Así que Xavi agitó el árbol, metió a Lewy, y también a los chavales: Yamal y Fermín. Ambos le dieron un punto de frescura al juego culé, sobre todo Lamine Yamal, que desarboló en varias ocasiones a su par, provocando jugadas de peligro e incluso un penaltito, que el VAR se encargó de negar. Aguirre también introdujo novedades con buen tino, pues Darder y Larin le dieron una mordiente incisiva, a pesar de que la línea defensiva de cinco permanecía inamovible en el esquema del “Vasco”. Raphinha, que posiblemente fue el mejor barcelonista, asistió en el gol del empate, dio el pase de la muerte, que dejó pasar Lewy, para que Fermín, mejor situado, la empujase al fondo de las mallas. Con un cuarto de hora por delante el Barça siguió intentándolo, pero esta vez la remontada se quedó a medias.

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