domingo, 2 de enero de 2022

La fuerza acompañó a Luuk en Mallorca

 

Xavi no quería disputar el partido en Mallorca, debido a las 17 bajas con las que contaba, pero Luuk de Jong no se lo quería perder, era la única posibilidad que tenía de ser titular en este FC Barcelona de toque y posesión del egarense. Formó en el once inicial y fue, sin duda, el mejor de un mermado Barça. El neerlandés no solo fijó a los centrales bermellones, también fue el artífice de la victoria con su solitario gol de cabeza al filo del descanso. Ter Stegen rubricó el triunfo con un paradón en el tiempo de alargue, cuando mas apretaban los locales en busca de la igualada.




Entre bajas por lesión, por covid y por sanción saltó el Barcelona al césped del Iberostar Estadi con un equipo de circunstancias. Un once raro, raro, raro… Con Araujo de lateral derecho, Riki Puig de titular, Frenkie de Jong ejerciendo de Busquets, Ilias y Jutglá en los extremos… en definitiva pocas garantías para sacar los tres puntos, máxime con los vaivenes y la inseguridad que transmiten los azulgranas esta temporada. Con todo y con eso los visitantes entraron con autoridad a la contienda. Dominando el esférico y metiendo a los de Luis García en su propio campo. Pero faltaba la pólvora arriba, algo de lo que adolece este Barça, y así parecía que iba a continuar cuando Luuk de Jong lanzó un disparo a puerta que salió por la banda izquierda. No tardó en redimirse el delantero holandés, con un tiro que se topó con el poste y con una espectacular y acrobática chilena que se estrelló en el larguero, habría sido el gol del año. Y a la tercera fue la vencida, enviando al fondo de las mallas un buen centro de Mingueza desde la derecha. Corría el minuto 44 y el tanto psicológico premiaba al mejor equipo.

Tras la reanudación los catalanes aflojaron el ritmo. Algo usual que vienen haciendo en los segundos actos. Tampoco el Mallorca inquietaba, pero sí daba un paso adelante, eso sí, sin mordiente alguna y no dando la sensación de un equipo de primera. Entre cambios y pérdidas de tiempo el duelo fue languideciendo. Unos sacaban toda la artillería y los otros ora un imberbe, ora uno con acné juvenil. A este último, en el tiempo añadido, se le escapó su marca, que soltó un zapatazo, solo, delante del portero, pero se topó con el muro alemán, que sacó su brazo de acero y lo mantuvo rígido para llevarse la recompensa. Y ahí también la fuerza acompañó al Barça.

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