miércoles, 30 de diciembre de 2020

Y esto es lo que nos espera sin Messi

 

Nos lo podíamos imaginar, pero ahora ya se vislumbra lo que significará el futuro sin Messi, el sol girará en torno a una tierra futbolística despoblada y el Barça será el rey de los estadios vacíos y de la muerte. Será algo muy similar a lo acontecido contra el Eibar en el Camp Nou. Sin el mejor jugador del planeta el FC Barcelona se vuelve un equipo vulgar, inocuo, un conjunto de la mitad de la tabla, sin figuras de renombre, sin mordiente, y lo que es peor sin alma.




Por la mañana no pude evitar una carcajada cuando vi la portada de un periódico deportivo barcelonista. “Tirad del carro” señalaba un titular con riqueza tipográfica, junto a fotos de Griezmann y Coutinho. El francés volvió a hacer el ridículo, fue un fantasma en el Estadi, no tocó el balón hasta la media hora larga, y su primer disparo fue en el 42, tiró fuera, con rosca contraria y de forma patética. Lo único que mostró fue cobardía cuando a los 5 minutos de juego ni se atrevió a tirar el penalti sobre Araujo. De Coutinho mejor ni hablar, ni tan siquiera fue titular y cuando salió se volvió a lesionar. Ambos conforman la dupla más inoperante, gravosa e insufrible de la historia del fútbol. Son el bluf del siglo.

El Eibar, hablando de fútbol, fue mejor que los locales. Al menos esgrimieron argumentos mendilibarianos y los plasmaron sobre el campo. De hecho los armeros siempre habían perdido en el Camp Nou, y si sacaron un punto fue por algo. Los de Koeman no daban una a derechas. Les sonrió la suerte con un penalti pitado por el VAR, pero ni por esas. Tal es la indigna calidad de los futbolistas azulgranas que Braithwaite la tiró fuera por mucho. ¡Desesperante! Como lo fue toda la primera mitad.

Tras la reanudación el Barça comenzó mejor, pero fueron los eibarreses los que se adelentaron en el marcador por medio de Kike García, que se aprovechó de una pifia grosera de Araujo, para batir a un desubicado Ter Stegen. Los cambios obligados dieron mordiente, sobre todo la inclusión de Dembélé, que fue el que anotó el tanto del empate tras asistencia de Firpo. Restaban 25 minutos para el final, pero el electrónico ya no se movió. La inoperancia culé fue absoluta y el marcador pareció justo. El 2020 no podía acabar peor para el Barcelona, y el 2021 tampoco augura nada positivo. De hecho tras la entrevista de Évole a Messi, que dejó entrever que Leo se va, solo resta disfrutar de los detalles y goles que el argentino nos conceda e interiorizar un FC Barcelona sin él.

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