domingo, 20 de diciembre de 2020

El Valencia devuelve al Barça a la cruda realidad

 

Otro frenazo en seco para el FC Barcelona, esta vez en el Camp Nou. Los de Koeman cedieron un empate (2-2) ante el peor Valencia de la última década. Un conjunto, el ché, que si no es por ese punto arrancado del Estadi estaría en zona de descenso. Pero este Barca no discrimina rivales, es generoso con todos y falla más que una escopeta de feria, sobre todo en la zaga. Los lanzamientos a balón parado son una ruleta rusa. Y si hablamos de la defensa, ¿qué decir de la medular?, donde “Tintín” no da con la tecla y volvió a hacer probaturas, esta vez con Busquets y Pedri en el doble pivote. Y donde, tradicionalmente, el Barcelona era temible, en ataque, los delanteros son una verbena, con un Messi al que le está costando encontrar el camino del gol, y un Griezmann que es de lo peor que se ha visto por la Ciudad Condal en el último siglo (el peor, sin duda alguna, teniendo en cuenta la relación calidad-precio).




Las comparaciones siempre resultan odiosas, pero, coincidiendo con el quinto aniversario de la consecución Copa Intercontinental del 2015 contra River Plate, veía uno en “Barça TV” a aquel equipazo de no hace tanto, solo han transcurrido cinco años y a este de ahora no lo reconoce ni la madre que lo parió. Estaban dando espectáculo Iniesta, Neymar, Suárez y Dani Alves, y ahora en vez de Suárez está Braithwaite, y por Ney juega (está, mejor dicho) Griezmann. Y por don Andrés sale un tal Coutinho, que no llega ni a la suela del zapato. Cualquier tiempo pasado fue mejor. Demasiada nostalgia para el sufrido culé del 2020.

Volviendo al duelo con los valencianistas, el Barça volvió a ser un equipo plano en la creación y timorato en defensa. Si a eso le unes la falta de intensidad que, por ejemplo, sí imprimieron en la primera parte ante la Real, pues te queda que se te adelantan en el marcador en un córner con Diakhaby cabeceando solo en el área pequeña, mientras Griezmann está a por uvas. El mismo francés propició el empate, pues se desmayó en el área y el árbitro pitó penalti. Messi, que acabará desquiciado con estos compañeros, erró el lanzamiento desde los once metros, pero le volvió el rechace y lo aprovechó para anotar de cabeza el empate, y al tiempo el gol 643, que lo iguala con Pelé, siendo el máximo goleador en un mismo club. Tras la reanudación Araujo empalmó de preciosista volea el segundo tanto azulgrana, pero sus compañeros sestearon y adolecieron de profundidad en ataque, lo que propició el empate de Maxi Gómez en el 70. Quedaba tiempo para revertir la situación, pero ni había soltura sobre el césped, ni nada que echarse a la boca en el banquillo, con lo cual el empate era inexorable y hasta justo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario