jueves, 11 de abril de 2019

El Barça conquista el Teatro de los Sueños


El que la sigue la consigue. El FC Barcelona por fin ganó -dicen que no hay quinto malo- en el mítico Old Trafford (0-1) y dio un gran paso para convertirse en semifinalista de la Champions League. Fue con un autogol de Shaw en un partido que no fue para tirar cohetes, por lo tranquilo y por la escasez de ocasiones por parte de unos y de otros. El Manchester United no probó a Ter Stegen y De Gea solo tuvo que sacar el pie una vez para desviar un disparo envenenado del brasileño Philippe Coutinho.


El Barça dominó el esférico de cabo a rabo. Hubo exceso de control por su parte, pero como afirmaba Cruyff, tener la pelota es la mejor forma de defender, porque así no la tiene el contrario. El único gol llegó a los 12 minutos de juego, cuando Messi se desmarcó por la izquierda y casi de espaldas le puso un centro medido a Luis Suárez, que con poco ángulo y con un roce mínimo en la espalda de Shaw se coló en la meta de los diablos rojos. Ahí se puede decir que el duelo languideció, porque los locales, por los temores a las contras azulgranas, no se revolvieron en busca del empate, ni los azulgranas cometieron excesos en ataque, contemporizaron, y jugaron con la ventaja que te da un tanto anotado fuera de casa.
Ante todo este discreto panorama los que destacaron fueron Gerard Piqué, que ejerció de comandante, sin perder una pelota y sin cometer una triste falta, dando una solidez inexpugnable, que valió para dejar la portería a cero; y negativamente otro zaguero, Smalling, que estando Messi de espaldas le pegó una tarascada miserable y un manotazo cobarde, que dejaron al argentino sangrando abundantemente y con el tabique nasal tocado. Por lo demás a Lukaku y a Rashford ni se les vio, y la medular inglesa no asusta -Pogba está muy solo-, por lo que el partido del Camp Nou debería refrendar el pase a las "semis" y acercar al Barça a la final del Wanda Metropolitano.

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