BUSQUETS, UN CRACK EN LA SOMBRA

Comentó hace poco Del Bosque que si ahora fuera futbolista le gustaría ser como Sergio Busquets. Suponemos que a él y a la mayoría de los mediocampistas defensivos del planeta. Como imaginamos que al igual que al seleccionador le encanta poder contar son su presencia, a casi todos los entrenadores les gustaría tener a tipo como él. Un trabajo como el suyo es muy valorado por cualquier míster que se precie.

Sergio es ese tipo de futbolista por el que todos los entrenadores suspiran, es ese crack silencioso que parece que no está, que no hace ruido, pero que constituye el armazón del equipo, destruye como nadie cuando hay que destruir, y construye como pocos a la hora de iniciar el juego desde atrás. Siendo indispensable a la hora de proporcionar equilibrio al conjunto.

La mayoría de los oponentes que se enfrentan a él, sufren constantemente su tenacidad y su entrega, incluso algunos que juegan a su lado también lo padecen, sin ir más lejos ahí tenemos el caso de Mascherano, un líder indiscutible en la albiceleste y en el Liverpool, ahora menos “jefecito” que nunca, porque como el mismo reconoce el mediocentro titular es Busquets.

El de Badia ha ido adquiriendo protagonismo a pasos agigantados desde que Guardiola lo subiese directamente de Tercera División al primer equipo. De esa carrera desenfrenada hacia la cumbre puede dar buena fe Yayá Touré, que siendo un enorme futbolista en todos los sentidos, tuvo que dejarle paso paulatinamente, hasta prácticamente caer en el ostracismo y tener que emigrar a Manchester.

En esta liga, en la que el FC Barcelona está batiendo todos los registros, se da la curiosidad que siempre que ha jugado “Busi”, el Barça siempre ha ganado. Y no sólo en la competición doméstica, parecido ha ocurrido en la Champions, pues cuando el jugado, los azulgranas no han conocido la derrota. Esperemos que siga la racha contra el Espanyol, donde el trabajo del “16” será fundamental, en un encuentro de brega y de alta intensidad.