No
fue un partido fácil para el FC Barcelona, tampoco fue bueno, los de
Flick no desplegaron su mejor fútbol en el Insular de Las Palmas.
Fue un encuentro trabado y sin demasiadas ocasiones de gol. Tampoco fue propicio
para el lucimiento de ninguna estrella azulgrana. Lo mejor fue el resultado, un
0-2 que mantiene al líder como líder. Y para ese estupendo marcador hubo que
esperar hasta la segunda mitad, con dos jugadores que saltaron al campo en este
segundo acto, y los dos mojaron: Dani Olmo y Ferrán Torres.
Fue
una victoria con sufrimiento, ya que el equipo más goleador de LaLiga no
lograba hacerle una diana a uno de los conjuntos más encajadores del
campeonato. Y es que los espacios no aparecían, y los canarios se iban haciendo
fuertes en su jugada. Cuando ha transcurrido una hora larga de partido y ves
que el pichichi no dispara a puerta, que el extremo más desequilibrante
no se va de su par y que el jugador más en forma de Europa no tiene el punto de
mira ajustado, pues … inexorablemente te vienes arriba. Así lo hicieron los pupilos
de Diego Martínez, que ya había amargado a los culés en su visita a
Montjuic en la primera vuelta. Y se habían propuesto repetir, solo que Dani
Olmo no estaba por la labor.
El
media punta de Tarrasa entró por un Fermín apagado, imprimiendo mayor movilidad
ofensiva y ofreciéndose a los centrocampistas para descargas y paredes. Con él
conectó Lamine Yamal, con un preciso pase dentro del área. Olmo recortó
a su par, y batió a Cillesen de zurdazo ajustado al larguero. Ese tanto
hizo levitar al Barça, que ya jugó con más comodidad y soltura. Finiquitando en
duelo en el minuto 95, cuando Ferrán Torres marcó el segundo de otro
zurdazo escorado a la izquierda. Dejando a los “pío pío” sin tiempo para reaccionar
y saboreando un triunfo que se había complicado por momentos.
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