Venció
y convenció el FC Barcelona en su visita al Sevilla FC. Un
contundente 1-4 le endosaron los azulgranas, a pesar de jugar con diez la
última media hora de juego. Los de Flick salieron a por todas, sabiendo
que solo les valía la victoria, tras el empate en el derbi madrileño entre
Madrid y Atlético. Y encontraron pronto el camino del gol, ya que, en un córner
ensayado, Raphinha acababa poniéndola sobre la cabeza de Íñigo
Martínez, para que este la enviase al otro palo, donde el cazagoles Lewandowski
estaba esperando con la caña, para inaugurar el marcador. Tras el saque de centro
el Sevilla rompió la adelantada línea del fuera de juego y empato el duelo, por
medio de Vargas. Con el dominio del Barça, sin materializarlo de cara a
puerta, se llegó al descanso (1-1).
Flick
quitó al impetuoso Gavi, con tarjeta amarilla, y metió a Fermín. El
primer balón que tocó lo convirtió en gol en el 46. Claro que con ese centro de
Pedri, que iba con música, era difícil cabecearla fuera. Pedri lleva un
2025 majestuoso, exhibiendo calidad y derroche físico en grandes dosis. En
estos primeros minutos se notaba que el Barça ya iba a por el partido. Raphinha
desde la frontal, corroboró esta circunstancia, soltando un derechazo que acabó
batiendo a Nyland. Esta tercera diana culé parecía la de la sentencia,
pero cinco minutos después llegó la expulsión de Fermín por una entrada bastante
dura. Tocaba sufrir más de media hora. Pero los locales tampoco fueron mucho
mejores que los culés, ni contando con esa superioridad numérica. Así que duelo
fue languideciendo, coadyuvado por el cloroformo que inyectaba el Barça al
mismo.
Ya
en las postrimerías del encuentro una falta botada por Raphinha la cabeceó Eric
García para materializar el cuarto de la noche, y dar la tranquilidad
definitiva al equipo y a los aficionados. Con este valioso triunfo el Barça se
sitúa a 1 punto del Atlético y a 2 del Madrid, cuando hace dos partidos estaba
a 7 puntos. Un recorte bestial que pone la liga al rojo vivo.
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