Los
partidos FC Barcelona contra el Atlético de Madrid
tradicionalmente han sido PARTIDAZOS. En este nuevo enfrentamiento en la ida de
semifinales de la Copa del Rey no iba a ser menos. Azulgranas y colchoneros nos
dejaron otro encuentro para la historia de la Copa, en particular, y para la
historia del fútbol, en general. Fue un duelo sin tregua, con lucha de poder a
poder y con un desenlace no apto para cardiacos. A los cinco minutos ya ganaban
los de Simeone por 0-2, con tantos de Julián Álvarez y Griezmann.
Pese a la torrija inicial los locales no se vinieron abajo e hicieron hervir el
Estadio de Montjuic con los goles de Pedri, en jugada espectacular, y de
Cubarsí, a la salida de un córner. En 20 minutos todo igualada, vuelta a
empezar. El Barça jugó de lujo, acogotando al Atleti, y no dejándole
salir de su campo. Presión y robo. Presión y robo. Una y otra vez. El portero Musso,
sufría de lo lindo ante las acometidas culés contra su portería. Así en el 41, Íñigo
Martínez hacía el tercero a la salida de un saque de esquina. Dos goles a
balón parado eran demasiado para el corazón del “Cholo”. Con ese 3-2 se llegó
al descanso.
Tras
la reanudación, los de Flick bajaron las revoluciones, y los cambios visitantes
comenzaron a surgir efecto. No obstante, las mejores ocasiones de marcar las
tenían los barcelonistas. A la hora de juego entró Lewandowsky por un
desacertado Ferrán Torres, que tuvo dos goles a placer y los falló. No
hizo lo mismo el delantero polaco, que nada más saltar al césped, aprovechó un
jugadón de Lamine Yamal, con su correspondiente asistencia para anotar
el cuarto, con tan solo empujarla a la red. La salida de Pedri del terreno de
juego fue una losa para los suyos. Ya no era palpable el control que ejercía el
medio canario. Dos errores groseros de la defensa provocaron dos dianas rojiblancas
en los cinco minutos finales. Marcos Llorente y Sorloth dejaban
el definitivo 4-4 en el electrónico, y la consiguiente resolución futura en el Metropolitano.