El
FC Barcelona barrió del campo al Valencia CF (7-1) en el Estadio
Olímpico de Montjuic. Los azulgranas derrotaron a un conjunto ché deslavazado y
sin identidad, que nada pudieron hacer ante el rodillo culé. Fueron 7 chicharros,
pero pudieron ser una docena, Ferrán Martínez pudo haber marcado un hat-trick,
Raphinha otro tanto, y Fermín se quedó con un doblete de goles y
de asistencias que lo confirmaron como el jugador más valioso del duelo. Si
bien, hubo muchos sobresalientes en el equipo de Flick. El entrenador alemán
ya había avisado de rotaciones, y así fue, se quedaron fuera del once jugadores
clave como Pedri, Lewandowski, Araujo o el propio Iñaki Peña. Fue
indiferente el Barcelona se hizo amo y señor del duelo, arrasando a un Valencia
desconocido, al que no le marcaban 7 goles en Liga desde hace 70 años, y que
solo pudo capear el temporal y evitar una sangría aún mayor.
En
el minuto dos Lamine Yamal ya había asistido a De Jong, para que
este, entrando por el carril del 10, inaugurase el electrónico. Ferrán y Raphinha
se apuntaban al festival, situando el 3-0 cuando solo habían transcurrido 14
minutos de juego. Y el Barça seguía ahogando a su rival en la salida de balón y
percutiendo, al rato Fermín marcaba el cuarto, tras pase espectacular de Cubarsí
desde su campo, control exquisito y disparo colocado a la escuadra. Y también
anotaba el quinto, tras recoger un zambombazo de Raphinha al larguero. Era el
último suspiro del primer tiempo y los valencianistas se iban rotos al vestuario.
Tras
la reanudación hubo algún atisbo visitante de meter algo de ritmo, y dejar el
honor un poco más arriba. A la hora de juego se refrendo esa leve mejoría,
unida a una bajada de intensidad de los locales, con el tanto de la honra, obra
de Hugo Duro. Eso podría haber significado la bandera blanca y el fin de
las hostilidades, pero Lewandowski saltó al campo para defender su liderato en
el pichichi, y marcó de tiro cruzado y potente. Ferrán pudo haber seguido
anotando, pero estuvo en modo errático, hasta que un centro-chut suyo, lo
desvió Tárrega al fondo de las mallas. Ya se sabe lo de a perro flaco
todo son pulgas. Y así se finiquitaba un gigantesco desastre para el Valencia y
una goleada escandalosa para un Barça, que ya necesitaba esa victoria en casa
como agua de mayo.
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