jueves, 20 de octubre de 2022

El Villarreal no fue rival para un Barcelona herido

 

El FC Barcelona se impuso con claridad (3-0) a un Villarreal que no demostró nada del otro mundo, quizás por el fallecimiento de su vicepresidente José Manuel Llaneza, descanse en paz. O quizás porque a Emery nunca se le ha dado bien jugar en el Camp Nou, siempre sale trasquilado en sus visitas al Estadi. Aún recordamos el varapalo que se llevó cuando dirigía al PSG, perdiendo 6-1 en aquella gloriosa eliminatoria de Champions. En esta ocasión no hubo una excepción, el Barça dominó el partido de cabo a rabo, y machacó al “submarino amarillo” en siete minutos mágicos, en los que le endosó tres goles de forma consecutiva. ¿Se acabaron los males de los azulgranas con esta victoria balsámica? En absoluto, sirvieron como subidón de adrenalina por el impecable encuentro disputado, tras los golpes sufridos contra Inter y Madrid, y para recuperar crédito, pero este equipo de Xavi sigue mostrando muchas carencias. Lo único claro y meridiano es la solvencia de Lewandowski. Del resto queda mucho por dilucidar.




La revolución en el once partió desde la zaga, con los vituperados Piqué y Eric, sustituidos por Kounde y Marcos Alonso. De Jong cogió la batuta de Busquets, y disputó uno de sus mejores partidos como azulgrana. En los extremos también bolas nuevas: Ansu Fati y Ferrán entraron por Dembélé y Raphinha. Todo ello mezclado y agitado... funcionó, y lo hizo en el duelo entre los dos equipos menos goleados de LaLiga. “Lewy” rompió la igualdad con un doblete: el primero con un regate de tacón y pivotando, que dejó sentados a Albiol, Pau y Rulli, al unísono, para marcar sin oposición; el segundo llegó cuatro minutos después, el polaco soltaba un zapatazo con rosca desde la frontal, que se colaba inexorablemente por la escuadra de Rulli. Y antes de llegar al descanso Ansu Fati recogió su propio remate al palo para anotar, de tacón, el tercero.

Tras la reanudación se esperaba un Villarreal más ofensivo, ya que en la primera mitad había tocado y salido a la contra con peligro, pero eso no se produjo. El choque cayó en imprecisiones y displicencias varias. Xavi quiso agitarlo introduciendo múltiples cambios: Busquets, Dembéle, Raphinha, y Piqué. No lo consiguió. Lo único que logró es que se pitase a Piqué, por su fallo clamoroso contra el Inter, al tiempo que se escucharon aplausos para De Jong, que estuvo inmenso en el pivote. Bueno, también se produjo la cauterización de la herida abierta, que al menos ya terminó de sangrar.

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