domingo, 1 de mayo de 2022

Un Barça minúsculo gana con apuros al Mallorca

 

Tras encadenar tres derrotas consecutivas en el Camp Nou el FC Barcelona regresó a la senda del triunfo frente a un pobre Mallorca, que coquetea con el descenso. Venció por 2-1, con más pena que gloria, de la mano de Memphis Depay, y en el regreso de Ansu Fati, tras más cuatro meses lesionado. Fue un Barça de mínimos, gris, con pocas reminiscencias del equipo grande que otrora fue. No hubo espacio para triunfalismos, este equipo de Xavi también está abonado al sufrimiento, como lo estuvo el de Koeman. Y no lo hubo ya que al no haber sentencia con el tercero de la noche, los azulgranas volvieron a padecer bastante tras el tanto logrado con la rodilla por el capitán bermellón.




Los locales fueron mejores que su rival, pero fueron fogonazos de un entonado Memphis, o cabezazos bien dirigidos de Aubameyang. Tampoco los del “vasco” Aguirre supieron dar la talla en el Estadi, certificando el porqué de su situación en la tabla, a un solo punto del descenso. El Barcelona buscaba dar un golpe sobre la mesa, tras los pinchazos de sus competidores en la pugna por un puesto en la próxima Champions, pero tampoco lo consiguió. Tuvo que madurar el partido y conseguir los tres puntos con sangre, sudor y lágrimas. Algo que antes no era tan difícil de lograr. La calidad de algunos de sus componentes hizo el resto, por ejemplo la de Depay, que con un control orientado, tras pase de Jordi Alba, se la preparó a su derecha para batir por bajo, de disparo seco, a Sergio Rico. Con ese exigua diferencia en el marcador se llegó al descanso.

Tras la reanudación los catalanes siguieron controlando el esférico, mientras los visitantes no inquietaban la meta del espectador Ter Stegen. Después de un rechace en la frontal, Sergio Busquets recortó a su par y la cruzó con la zurda al fondo de las mallas. Discurría el minuto 54 y parecía el tranquilizador 2-0, que a la postre no lo fue tanto. Xavi introdujo cambios, pero no dieron sus frutos, la medular proseguía renqueando. El Barça no sentenció con el tercero y el Mallorca recortó distancias con un tanto de Raíllo a las salida de una falta, así tenía que llegar, ya que lo mallorquinistas no enlazaban juego ni por equivocación. Tanto fue así que en los minutos finales no supieron ni bombear un triste balón a la olla y se quedaron con él en la zona de su área, dejando así los tres puntos para un Barça que los mereció más, pero tuvo que sudarlos para ganar con excesivos apuros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario