El Cádiz dio la campanada en el Camp Nou y derrotó al Barcelona por 0-1. Dejando así a los azulgranas sin título de liga, por si acaso quedaba alguna remota opción de obtenerlo. Así, en cuatro días el Barça ha arrojado la toalla en las dos competiciones en las cuales mantenía opciones, en la Europa League y ahora en LaLiga. Los gaditanos se plantaron en el Estadi muy bien dispuestos sobre el terreno de juego y prácticamente no concedieron opciones a los locales.
El Barça estuvo espeso, gris y displicente. Solo cabría destacar las incursiones de Dembélé por el extremo derecho, que inquietaron un poco a su marcador, el resto del equipo estuvo apagado y sin ideas. Puede que se notase en demasía la baja de Pedri. Al Barça se le nota claramente que le hace falta un crack que desequilibre. Ferrán Torres no lo es, y Memphis Depay, que fue titular, mucho menos.
Con el 0-0 se llegó al descanso en una primera mitad anodina y poco vistosa para el espectador. Tras la reanudación el gol del Cádiz no se hizo esperar en una jugada que no es de recibo para todo en Barcelona, hasta tres veces remataron los delanteros andaluces para conseguir batir a Ter Stegen, que bastante hizo con detener los dos primeros a bocajarro.
Los cambios que introdujo Xavi no se hicieron perceptibles y el Barça no mejoró en absoluto. Ni De Jong ni Aubameyang pudieron marcar en sendas ocasiones que dispusieron y el 0-1 final tampoco debe sorprender a nadie, puesto que los pupilos de Sergio hicieron su partido, mientras que los barcelonistas no dieron una a derechas. Lo peor de todo es que el efecto Xavi que parecía haberse instaurado en el año 2022 se ha ido perdiendo paulatinamente en los tres últimos partidos disputados. Y eso es enormemente preocupante.
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