jueves, 1 de octubre de 2020

Messi lidera al Barça en Balaídos

 

Victoria trabajada y sufrida la que consiguió el FC Barcelona en su visita al Celta de Vigo (0-3). Pese a lo contundente del resultado los de Koeman sufrieron de lo lindo al jugar casi una hora con uno menos, por la rigurosa expulsión de Lenglet tras dos acciones sancionadas por el colegiado madrileño Del Cerro Grande. Messi estuvo en plan estrella, poniéndose al mando de sus pupilos y tirando del carro durante los 95 minutos de juego. El Barça salió con los mismos once que golearon al Villarreal, cuando algo funciona para qué cambiarlo, y todos ellos, a excepción de Griezmann, que volvió a flojear, le dieron la razón al entrenador holandés, además en un estadio donde no se ganaba en las últimas seis temporadas.




Con el 4-2-3-1 asentado, por el momento, en el cual Messi fue más capitán que nunca, y en el que Coutinho va cogiendo galones, el encargado de inaugurar el marcador volvió a ser el insolente dicisieteañero Ansu Fati, que con un control orientado encaró la portería de Villar y lo batió por bajo con el exterior de su pie derecho. Golazo. Discurría el minuto once y los azulgranas aún asediaron y dominaron durante otros diez más, pero poco al poco el equipo celeste iba mostrando descaro y fútbol, y acercamientos al área de Neto. La expulsión de Lenglet parecía poner más cuesta arriba el triunfo. Entró Araujo por Griezmann, tampoco se notó en exceso la ausencia del “principito”.

Tras la reanudación tocaba remar contra corriente, o eso al menos se preveía hasta que el más grande de todos los tiempos, Lionel Messi, se marcó un regate de la cuerda, estilo Laudrup, y con la colaboración de Olaza anotó el segundo. El tanto daba un poco de tranquilidad a la hinchada culé, pero aún restaban 40 minutos más el alargue. Los de Óscar García lo intentaron de todas las maneras, con todo su arsenal ofensivo, entraron Mina y Nolito para poner toda la carne en el asador, pero entre Neto y el larguero se encargaron de mantener la portería a cero, otra vez. Otro jugadón de Messi, que atravesó la zaga celtiña como el hombre invisible, acabó con un rechace a los pies de Sergi Roberto que la empaló con potencia al fondo de las mallas para cerrar la goleada y mantener la buena racha.

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