domingo, 8 de diciembre de 2019

Messi celebra su Balón de Oro con un hat-trick


El Mallorca fue el rival propicio para una nueva exhibición de Lionel Messi. El séxtuple ganador del Balón de Oro lo volvió a hacer, dio un recital y una espectáculo maravilloso a todos los amantes del fútbol. No conforme con ello, el mejor futbolista de todos los tiempos anotó su 35º triplete particular, nuevo récord de LaLiga, adornándolo con una retahíla de pases, asistencias, paredes y regates para deleite de los todos los culés del planeta. Todo esto lo hizo después de ofrecer el trofeo en los prolegómenos del encuentro.


El FC Barcelona mantuvo el liderato con una nueva goleada (5-2). Otra manita, y ya van unas cuantas esta temporada en el Camp Nou. Esta vez estuvo acompañada de buen juego por parte de los azulgranas, las piezas parece que por fin se van engranando y el tridente (todos marcaron) empieza a afinar la puntería. Ya solo falta que los ajustes defensivos empiecen a cuadrar y que no se deje bigolear en el Estadi a un equipo que coquetea con el descenso.
Los de Valverde comenzaron el duelo avasalladores, embotellando a los bermellones en su área. “El otro tridente” -Busquets, Rakitic y De Jong- dominaba la medular a su antojo. Pero fue en una contra, con asistencia magistral de Ter Stegen, en la que Griezmann se plantó solo ante Reina y lo batió picando el esférico. Diez minutos después Messi celebraba su reinado balompédico con otro de sus misiles a la escuadra. El Mallorca acechaba tímidamente la portería local y así un remate de Budimir, que desvió Lenglet, les sirvió para acortar distancias y meterse en el partido. Les duró poco la esperanza. En dos minutos Messi colocaba otro pase a la red, parecido al anterior, y Luis Suárez marcaba el tanto de la noche y posiblemente de la temporada, con un taconazo de vaselina y de espaldas que supuso el cuarto.
Tras la reanudación el Barça siguió intentándolo, pero ya con menos acierto, o con la cabeza en Milán. Ello propició un nuevo gol de Budimir, de cabeza, tras fallo en la salida de Ter Stegen. Algo de vidilla les dio a los visitantes, pero la distancia era demasiado grande, y más alargada se hizo con un nuevo zurdazo de Leo, esta vez a la escuadra opuesta, para variar, que confirmaba “la manita”, el liderato y una nueva exhibición del astro argentino, que le aupó, también, al pichichi del campeonato.

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