jueves, 19 de diciembre de 2019

El Barça sin control y el Madrid sin gol


Cerocerismo” nos deparó el clásico más esperado de los últimos tiempos. El partido disputado en el Camp Nou, postergado por temas políticos, bajo enormes medidas de seguridad por las amenazas independentistas, dejó más sombras que luces y un encuentro sin goles, resultado que no se daba desde 2002, cuando volvió el traidor de Figo al Estadi. El FC Barcelona jugó uno de los peores partidos que se le recuerdan contra el eterno rival. Se dejó acogotar por la presión alta del Madrid y no se encontró cómodo en ningún tramo del duelo. Zidane le ganó el duelo de banquillos a Valverde, imponiendo su medular y creando muchos problemas a la salida del balón de los locales.


El Barça no tuvo continuidad en su pobre juego, muy espeso en el toque y demasiado errático en la circulación, sucumbiendo así ante la adelantada presión del conjunto capitalino. La medular azulgrana hizo aguas. Rakitic, De Jong y Sergi Roberto no la olieron ante la irrupción de Casemiro y Valverde. Hasta Kroos e Isco, otrora denostados, parecerían recuperar vestigios de su mejor fútbol. Solo una pega, les faltaba verticalidad y punto de mira afinado, sus disparos desde la frontal no hacían daño a Ter Stegen y podrían haber jugado 180 minutos y no hubieran marcado al arco iris. Messi y Jordi Alba también estuvieron a punto de inaugurar el electrónico, pero tampoco tenían el día. No te cuento el de Suárez y Griezmann, ambos fallaron todo lo que tocaron y no parecieron jugadores susceptibles de militar en el FC Barcelona. Solo el omnipresente Piqué se salvó de la quema.
Tras la reanudación no se modificó el decorado, más empuje del Barça, más toque del Madrid, a estos se les apagaban las luces cuando llegaban al área contraria y a los barcelonistas le costaba salir de la cueva.El reparto de puntos sentó mejor a los barcelonistas, pues visto lo visto en el desarrollo del juego, los blancos merecieron mejor suerte. El equipo merengue sale reforzado de su visita a Barcelona, pues a pesar de no lograr la victoria fueron superiores en este partido. Los culés mantienen el liderato y eso es lo único positivo que pueden sacar, eso y que toca mucha autocrítica, empezando por Valverde, que sigue sin ser un entrenador para un club como el Barça, y que lo está llevando a unas cotas indignas del estilo marcado por el mítico Johan Cruyff.

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