El
FC Barcelona debutó en esta Champions League
obteniendo un valioso e inmerecido punto en el Signal Iduna Park.
Fue gracias a la brillante actuación de Ter Stegen, que fue
profeta en su tierra, y dejó el electrónico como antes de empezar
el duelo (0-0). Inclusive detuvo un penalti a Reus y,
posiblemente, fue el mejor de todo el partido para añadir más
leña al fuego en la portería de la selección germana. Volvimos a
ver al Barça de las dos caras, uno es el que golea en el Camp Nou
y otro muy distinto el que las pasa canutas para sacar un empate a
domicilio.
Los
de Valverde contemporizaron en el primer acto. La medular
titular para el “txingurri” -Busquets, De Jong y
Arthur- no se hizo con el tempo del partido. Mientras
el Borussia se iba creciendo paulitanamente, en juego,
control, ritmo y ocasiones de gol. Los azulgranas no inquietaban la
portería de Burki, de hecho ni dispararon entre los tres
palos y con ello los teutones se venían arriba.
Tras
la reanudación el panorama se nubló más para los visitantes. Los
de Dortmund, arropados por su hinchada, acorralaron la meta culé.
Llegando en oleadas y poniendo a prueba la sobriedad de Ter Stegen.
Así lo hacían Reus, Alcácer, Sancho, y también Brandt
que nada más saltar al césped lanzó un zambombazo que se
estrelló en el travesaño. Reapareció Messi, tras no jugar
con el Barça desde junio, y no tuvo demasiada presencia, pero al
menos fijó a unos cuantos zagueros alemanes. Sustituyó a Ansu
Fati, a quien no se le puede exigir más con 16 años en un
partido de esta enjundia. Sí se puede y se debe hacer con Luis
Suárez y con Griezmann,
que estuvieron desaparecidos los 90 minutos. En los cuales lo mejor
fue el punto obtenido.
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