domingo, 1 de septiembre de 2019

Neymar descentra al barcelonismo


Volvió a ceder puntos el FC Barcelona en su mediocre arranque liguero. Esta vez en Pamplona se dejó empatar en los instantes finales (2-2), confirmando que el no fichaje de Neymar desdibuja juego, concentración, pensamientos y acciones. Eso y la ausencia de Messi y Suárez, que también influye lo suyo. Tampoco ayuda que los flamantes fichajes: Griezmann y De Jong, pagados a precio de oro, no den una a derechas, en especial en los partidos lejos del Camp Nou.


Al igual que en San Mamés se volvió a mostrar el poco orden y el gran desconcierto del que hace gala del conjunto de Valverde. Incapaz de dominar los partidos y con excesivo juego en horizontal. El Barça dio muestras de no saber manejar el partido, ni con el resultado en contra ni a favor. Todo ello ante un recién ascendido, que se adelantó en el marcador, por medio de Roberto Torres, quien remató solo en el área pequeña tras error garrafal de la zaga azulgrana. Corría el minuto siete y los visitantes no supieron reaccionar, con desplazamientos de pelota muy planos  y juego deslavazado no consiguieron inquietar a la sólida zaga pamplonica.
Tras la reanudación Sergi Roberto bajó al lateral derecho y Semedo a la caseta (para hacer este cambio, y no confiar nunca en el portugués, ya nos dirán quién lo declaró intransferible en el trueque con Neymar), y arriba entró Ansu Fati. Tuvo que ser el chaval de 16 años el que sacase las castañas del fuego con un remate de cabeza, más propio de un “9” que de un extremo. El tanto anduvo entre canteranos, pues fue Carles Pérez el que le sirvió el centro medido. Eran los mejores minutos de los culés, que aún se incrementaron en calidad, tras la salida de Rafinha y la entrada de Arthur. Providencial el brasileño, ya que a los diez minutos de salir anotó la segunda diana, tras recortar y colocar lejos del alcance de Rubén. Tras este tanto los catalanes se echaron maquinalmente atrás y los rojillos achucharon con decisión, pero erráticamente. Tuvo que echarles una mano Piqué en el 80, cuando cometió un penalti infantil, que transformó Torres, tirando dos puntos por la borda. Ahora toca parón de selecciones, ponerse las pilas de una vez y esperar la pronta recuperación de Messi.

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