jueves, 4 de octubre de 2018

El rey Messi corrió, goleó y venció (en la Casa del Fútbol)


El FC Barcelona derrotó al Tottenham (2-4) en el mítico estadio de Wembley. Y lo hizo con un despliegue de entrega y de fútbol total. Ambas escenificadas por el mejor jugador de la historia, Lionel Messi, que exhibió galones en este templo balompédico y se puso el mono de trabajo desde el pitido inicial. Corrió como un poseso, como no se le recordaba, contagiando a sus compañeros y liderando una victoria épica en la cuna del fútbol.



No se recuerda un liderazgo igual al de Messi desde los tiempos de Cruyff. El astro argentino ha dicho que va a por la Champions. ¡Y vaya que si va! Acabó sin resuello tras presionar a la zaga londinense durante 97 minutos, distribuyó con mucho criterio esféricos a diestro y siniestro, sus pases filtrados fueron una pesadilla para los de Pochetino, relanzó todas las ofensivas habidas y por haber, envío dos tiros a los palos, y por si esto fuera poco, que ya era de 10, anotó dos goles que resultaron decisivos a la postre.

La mejor versión del rosarino fue indispensable para derrotar a los rocosos ingleses, que no dieron su brazo a torcer nunca, ni con 0-1 (obra de Coutinho), ni con el 0-2 (espectacular volea de Rakitic desde fuera del área), ni tan siquiera con el 1-3 se rindieron. Tuvo que ser Leo el que los mandase a la lona en el 89 con su doblete. Anteriormente la medular culé, conformada por Busquets, Rakitic y Arthur, había estado impartiendo una clase magistral, con un inconmensurable Arthur que se doctoró en el mejor escenario posible.

El lunar volvió a estar en la defensa, donde no paran de encajarse goles y de concederse ocasiones, como las que tuvieron y aprovecharon Kane y Lamela. Eso sí, el Barça recobró la senda de la victoria de la mejor de las maneras: con fútbol, goles, sacrificio y talento a raudales.

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