El rival es el propio Barça

Vapuleó el FC Barcelona al Atlético de Madrid por 4 a1 en el Camp Nou, y lo hizo cuando todo parecía indicar lo contrario, pues los colchoneros jugaron una primera media hora primorosa, defendiendo muy juntos, presionando al Barça en todas las líneas y saliendo a la contra con mucho veneno. Hasta se adelantaron en el marcador con un sutil gol de media vaselina de Falcao.

Fueron 34 minutos de manual los disputados por los rojiblancos, que siguieron a la perfección el guión dictado por Simeone. Pero cuando menos se lo esperaba nadie, Adriano se buscó el espacio en la frontal, y un tanto esquinado soltó un trallazo que se coló inexorablemente por toda la escuadra de Courtois. ¡Golazo de pañuelos! Parecía injusto el empate que campeaba en el marcador, para los merecimientos de unos y otros, pero el fútbol no entiende de equidad y en un barullo en el área, el balón cayó a los pies de Busquets, que fríamente amagó y marcó el segundo en el último suspiro de la primera parte. Ver para creer, pero el caudal ofensivo de los muchachos de Vilanova es insondable.

En la reanudación los madrileños quedaron desactivados del encuentro, siendo marionetas en manos del fútbol de salón de los Xavi, Iniesta y compañía. Por si fuera poco, Messi que no había aparecido demasiado, enganchó un zurdazo, colocando el esférico abajo y ajustado al palo, donde más duele a los porteros. Y como últimamente solo sabe golear de dos en dos, robó el balón a Godín y se la elevó al guardameta para firmar su sexto doblete consecutivo. El conjunto del Manzanares pasó de tocado a hundido.

Con 15 victorias y 1 empate, el sólido líder saca 9 puntos al Atleti y 13 al Madrid, unas ventajas que sobrepasan lo suculento. Márgenes muy difíciles de recortar cuando el poderío blaugrana es incontestable, tanto es así que solo ellos mismos pueden perder esta liga. El rival más peligroso es el propio Barça.

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