domingo, 15 de enero de 2023

El Barça somete al Madrid y reverdece laureles

 

Levantó el FC Barcelona un título después de 21 meses. Y lo hizo arrollando al Madrid en la final de la Supercopa de España. Un título menor, pero anhelado. Una copa que no salva la temporada, ni hace olvidar el fracaso en Champions, pero que puede significar el comienzo de algo grande. Es una copa muy deseada, la primera que levantan Xavi como entrenador y Busquets como capitán, y se ganó jugando brillantemente ante el eterno rival, matando dos pájaros de un tiro, ya que ganas un trofeo y dejas tocado, con un triunfo sin paliativos, al Madrid, un especialista en finales, eso sí en horas bajas.




El Barça arrasó al Madrid en todos los aspectos del juego, en intensidad, en planteamiento táctico, en juego, en técnica, en defensa, en todo, … Los de Ancelotti no parecieron el rival con el que se están jugando la liga, por momentos no parecieron competitivos. Modric y Kroos fueron la sombra de lo que son, o de lo que fueron, y su vez persiguieron sombras durante todo el clásico. La medular azulgrana compuesta por Busquets, De Jong, Pedri y Gavi, les comieron la tostada y la moral. Toda la claridad y compromiso que tenían los jugadores de Xavi les faltaba a los merengues. Avisó Lewandoski con un zapatazo que Courtois tuvo que desviar al poste. En una mala salida del Madrid la robó Busquets, que buscó al polaco para que este filtrara un pase medido a Gavi, para inaugurar el marcador. Los madridistas no reaccionaron, y al filo del descanso otra errónea decisión de la zaga la aprovechaba Gavi para servir el pase de la muerte a Lewi, que ponía el segundo en el 44.

Tras la reanudación no hubo cambios en ninguno de los dos bandos. La continuidad de Rudiger y de Carvajal era la mejor noticia para los culés. El Barça siguió a lo suyo, sin bajar el ritmo, siguiendo las consignas de Xavi. Ancelotti movió el banquillo, pero nada de lo que tenía le daba para hacer cosquillas a su oponente. Gavi y Balde seguían campando a sus anchas por la banda izquierda. Y la medular blaugrana pausaba y aceleraba el ritmo, a demanda. El Madrid se desangraba. La entrada de Ceballos no cambió nada, es más, cometió un error grosero en un pase que interceptó Gavi, y sirvió para que el propio canterano culminase su descomunal exhibición con otra asistencia, esta para que Pedri sentenciase el duelo con el tercero de la noche. Courtois fue el mejor de los suyos, y evitó una goleada mayor. Benzema en el último suspiro maquilló el resultado de tiro cruzado. Lo que no camufló fue la superioridad barcelonista a lo largo y ancho del partido, que le valió traerse la Supercopa desde Arabia a la Ciudad Condal.

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