sábado, 5 de noviembre de 2022

Piqué dice adiós con el Barça líder

 

A veces querer es dejar marchar” decía Gerard Piqué tras el partido contra el Almería, su último partido con el FC Barcelona en el Camp Nou ante 92.000 espectadores. Y una retirada a tiempo es una victoria, reza el dicho. Así que el bueno de Piqué se despidió de la que ha sido su afición durante tantos años. Victoria doble, la propia retirada y la de los tres puntos que dio el triunfo ante el Almería (2-0). Dembélé y De Jong refrendaron el liderato en LaLiga con dos goles en un duelo que pasará a la historia, no por la calidad del mismo, sí por ser el último del central barcelonés, que a sus 35 años deja el Barça en plenas facultades. De hecho se marcó un partido notable ante un flojo Almería.




Si bien el equipo de Rubi se plantó bien en el Estadi, con muralla de cinco en la zaga, con el objetivo de capear el temporal. Al minuto 6 ya se les pudo caer el invento, porque el árbitro sancionó un penalti, vía VAR, por manos de Kaiky, pero Lewandowski lo lanzó al poste, tras paradiña inútil. El portero de los andaluces tenía el día, y los delanteros culés no. Fernando desbarataba con buenas intervenciones los disparos de Lewy, Ferrán y Dembélé, en especial estos dos últimos. La solidez de los almerienses hizo que se llegase al descanso con el marcador inicial.

Tras la reanudación Dembélé quiso resarcirse de tanto fallo y tras recibir un pase medido de Busquets, dribló a un par de defensas, encaró la portería y dio un pase a la red, para inaugurar el electrónico. El propio extremo galo tuvo el segundo, pero se lió, más de la cuenta y erró casi a puerta vacía. Sí lo materializó De Jong, que recogió un rechace en el área pequeña y fusiló a placer. Prueba superada. Quedaban los homenajes a Piqué, primero su cambio por Christensen en el 83 y luego, tras finalizar el choque, abrazos, vuelta de honor, unas palabras y otras tantas lágrimas. Así se despidió un central de época. Un señor de los pies a la cabeza que, sin tener porqué hacerlo, ha perdonado mucho dinero a su club, que como él dijo “nací aquí y moriré aquí”. Se despide un pedazo de futbolista enorme, con una brillantísima carrera, y ahora comienza la leyenda. Y se fue con un “Visca el Barça, sempre”. ¡Visca Piqué, sempre!

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