Trepidante derbi catalán que finalizó con un 2-2 en el marcador, que hace justicia a los méritos del Espanyol y del FC Barcelona. Los azulgranas dejaron la peculiaridad de marcar en el primer y en el último minuto del duelo. Los culés son un terremoto de altibajos, lo mismo les estás aplaudiendo que al minuto siguiente les estás silbando.
Xavi dispuso sobre el césped de Cornellá a los jugadores que tan buen rendimiento le dieron ante el Atlético de Madrid. Antes de que algunos espectadores se sentasen en sus butacas Pedro y ya había aprovechado un centro medido de Jordi Alba para inaugurar electrónico. La medular blaugrana imponía su dominio y marcaba el tempo del partido. Pese a ello los locales no dieron su brazo a torcer y consiguieron la igualada con un espectacular zapatazo de Darder al borde del área.
Tras el paso por vestuarios los blanquiazules dieron un nuevo aire al juego y el choque fue un toma y daca, sin ningún equipo que se adueñase del juego de manera fehaciente. Un fallo garrafal de Eric García, a quién le gano la espalda Raúl de Tomás, le sirvió al delantero perico para poner el 2-1 en el marcador. Xavi miró al banquillo y saco al defenestrado Dembele para tratar de voltear la situación. La tensión se palpaba por todo el rectángulo de juego y en una de esas Piqué y Melamed acabaron expulsados. Luke de Jong saltó al campo en los minutos finales y fue el salvador del Barça, batiendo a Diego López de cabezazo espectacular en el minuto 96. Con este empate el Barcelona se pone cuarto en la tabla empatado a puntos con el Atlético, pero no le da para apretar al líder de la liga
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