domingo, 28 de noviembre de 2021

El Villarreal lo pone difícil en La Cerámica

 

El primer partido de Xavi como entrenador fuera del Camp Nou se saldó con victoria (1-3) en casa del Villarreal. La primera del FC Barcelona a domicilio en esta temporada. En la jornada 15, se dice pronto. Casi una vuelta para ganar fuera de casa, dice muy poco de este Barça. O lo dice todo, según se mire. El encuentro en sí dio para mucho, fue muy eléctrico y tuvo una intensidad mayúscula, pero se recordará, y ya se ha explayado la caverna mediática en ello, por el penalti no sancionado por mano de Piqué. Eso sí, nunca se hablará, porque no interesa, que a los dos minutos de juego hubo una criminal entrada en plancha de Parejo al tobillo de Busquets. Un entradón de juzgado de guardia que no admite discusión sobre el color de la tarjeta: era una roja de manual.




El Barça acosó al submarino amarillo en los primeros veinte minutos. Con dosis de buen juego, presión alta y ocasiones claras de gol, entre ellas dos tiros a los palos. Uno de Abde, que por cierto volvió loco a su par, y otro de Gavi. Los visitantes se merecían inaugurar el marcador, máxime cuando Memphis disparó desviado en un mano a mano con el portero. Los de Emery se sacudieron el dominio culé y empezaron a provocar desequilibrios por el lateral derecho, donde deambulaba Eric García como pato mareado. Ahora las ocasiones de gol eran de los castellonenses, pero Danjuma no tenía su día, y sí lo tenía Ter Stegen. Con el inexplicable 0-0 se llegó al descanso.

Tras el paso por vestuarios los azulgranas golpearon primero, un remate de Memphis lo desvió Rulli, y lo remachó Frenkie de Jong. Hubo compás de espera por posible fuera de juego del delantero, pero el tanto subió al marcador justamente. El Barcelona se desdibujo tras el gol, mientras que el Villarreal creció con los cambios, uno de ellos: Chukwueze empataba el partido en el 76, de punterazo cruzado. Cuando parecía que el empate era lo más justo, llegó el fallo de Estupiñán, que cabeceó hacia su portero sin tener en cuenta la presencia de Depay, que dribló al guardameta y batió al propio Estupiñán entre las piernas. La puntilla la ponía Coutinho. El “pocasangre” brasileño provocó un penalti que él mismo transformó, dejando el definitivo 1-3 en el eléctrónico y la primera victoria barcelonista lejos del Estadi en esta liga.

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