domingo, 28 de junio de 2020

Balaídos aspa al Barça


El FC Barcelona cedió dos puntos en los instantes finales en Balaídos, para acabar empatando con el Celta (2-2) y al tiempo descolgarse definitivamente de LaLiga. Fue un duro golpe para los azulgranas en el minuto 88, cuando una falta lanzada magistralmente por Aspas, con la inestimable colaboración del nefasto Griezmann, que se ladeó en el extremo de la barrera, puso la definitiva igualada en el marcador. Un tanto que daba un punto vital para los celestes en su lucha por la permanencia y dejaba en la lona a un Barça que sigue sin la fiabilidad de la que venimos hablando en los últimos tiempos. Mallorca, Leganés, Sevilla y Bilbao ya habían apreciado lo endeble del equipo culé.


La primera mitad de los de Setién fue de lo mejorcito que les hemos visto en esta época post-coronavirus. Se vio un avance en el juego, en la triangulación, en la presión, en el control del tempo del partido, e incluso en la actitud. El lastre es que no hay una continuidad durante más tramos del choque, y al equipo le van pesando el paso de los minutos y… de los años. Y eso que se metió frescura de inicio, con Ansu Fati y Riqui Puig, pero tuvo que ser el de siempre, el más grande de todos los tiempos, Lionel Messi, el que a sus recién estrenados 33 años, diese dos asistencias de gol y tirase del carro. La primera para Suárez, que volvió a marcar tras cinco meses por la lesión, e inauguraba el electrónico, dejando a los suyos con ventaja al descanso. Antes podían haber marcado Piqué de testarazo al larguero y Brais Méndez, pero entre Ter Stegen y el poste lo evitaron.

Tras la reanudación los de Óscar García igualaban la contienda, tras dejar en paños menores a la defensa catalana en una contra. Umtiti está irreconocible, lento y sin contundencia. Smolov solo tenía que empujarla. Volvió al conexión Messi-Suárez, el uruguayo pivotó, tras pase del rosarino y la cruzó al palo largo de la meta defendida por Rubén. Todo parecía encarrilado, pero un piscinazo de Rafinha en los minutos postreros, dio lugar a una inexistente falta que Aspas transformaba por el lado que no debía pasar el esférico. Con esa diana el Barça se dejaba media liga en Vigo.

Mención especial para el ínclito Rafael Alcántara, alias “Rafinha”, un brasileño mediocre, mal jugador y peor persona, que siendo criado en la cantera de La Masía, habiendo recibido formación y dinero en cantidades desorbitadas por parte del FC Barcelona, con el agravante de estar la mayor parte de su carrera lesionado, se lo paga al equipo de toda su vida, al cual pertenece aún, con un piscinazo en el último minuto del partido, para robarle media liga a sus compañeros azulgranas y al club al que le debe todo. Hay que ser miserable, señor Rafinha, pero que muy miserable.

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