lunes, 20 de enero de 2020

Y la novedad del “Setienismo” es… Messi


El FC Barcelona, con cambio de entrenador, volvió a dar un pobre espectáculo, que dista mucho del que todos esperábamos, tanto fans como detractores. El reemplazo del técnico no fue el revulsivo deseado. Quique Setién, flamante nuevo entrenador azulgrana, no dio con la tecla para iniciar el anhelado proceso de mejoría. Sí es cierto que la victoria frente al Granada (1-0) tiene que servir como el inicio de algo positivo, pero eso lo dirá el tiempo. Algo de lo que en Can Barça no sobra.


También es verdad que Setién parece que tiene intención de continuar con la doctrina del mítico Cruyff, y para ello necesita utilizar a todos los peloteros disponibles. En este estreno en el Camp Nou no disponía de dos de ellos: De Jong, por sanción, y Arthur, que salía de una lesión y solo disputó los minutos postreros.

Saltaron los andaluces perfectamente posicionados al césped del Estadi, y lo pusieron muy, pero que muy complicado. El entramado defensivo con once hombres por detrás del esférico fue muy difícil de desenmarañar para los locales. El Barcelona tocaba y tocaba la pelota, con intención de defender con ella, pero no se veían líneas claras de pase, y el juego era demasiado horizontal. La posesión de los culés, que en algunas fases de juego se acercó al 90%, no intimidaba a los visitantes, que se manejaron como pez en el agua.

Tras la reanudación el Barça buscó la portería contraria con más ahínco, llegaron algunas ocasiones, que Griezmann o Messi no supieron aprovechar. Hasta que en el minuto 76, cuando el Granada jugaba con uno menos por expulsión de Germán, el canterano Riqui Puig, que había entrado hacía escasos minutos, presionó al lado del córner izquierdo, robó el balón e inició la jugada que acabaría en la asistencia de espaldas que Vidal le dio a Messi para anotar el tanto que a la postre valdría el triunfo -el primero de la era Setién- y mantener el liderato de LaLiga.

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