jueves, 2 de mayo de 2019

Messi es oro puro


El FC Barcelona, de la mano de su megaestrella Lionel Messi, dio un paso de gigante para jugar la final de la Champions al derrotar por 3-0 al Liverpool. Fue en el templo del Camp Nou, ese que Jurgen Klopp no considera como tal, pero que se le cayó encima como una losa de cemento, aplastándolo a él y a sus “reds” en una semifinal que tuvo de todo, incluyendo grandes dosis de fortuna para los culés.


Salió Valverde receloso y conservador, con Vidal en sustitución de Arthur, y Coutinho en lugar de Dembélé. Los ingleses asustaban por su versatilidad y rapidez de movimientos. El marcador final no hace justicia a los merecimientos de los visitantes, que se vuelven a casa con una derrota difícil de digerir. Y es que fueron mejores en muchas fases del encuentro, inclusive ganando la posesión (52%) al Barça, que no la perdía en Champions desde hacía 5 años.
Los azulgranas no se encontraron cómodos en todo el partido, el esférico no circulaba con su habitual velocidad y los visitantes se movían como pez en el agua, con una presión alta, que dificultaba la salida de balón de Rakitic, Busquets y Vidal, y con contras que ponían en aprietos a la zaga barcelonista. Ahora bien el Barça puede estar agazapado y trémulo, pero siempre tiene veneno, lo exhibieron Jordi Alba y Suárez en una conexión vertiginosa para inaugurar el marcador. A los ingleses les hizo pupa y se fueron heridos a los vestuarios.
Tras la reanudación el Liverpool hizo sufrir a los locales, incrementando el ritmo en busca de un gol, que se lo iban a negar, por este orden, Ter Stegen, Rakitic y el poste. El portero alemán fue de los mejores del Barça, frustrando varios remates de los ingleses. El croata sacó un balón de la línea de gol, y posteriormente el incisivo Salah se topó con la madera en un tiro a bocajarro. Previamente Messi ya había demostrado quién es el mejor futbolista de la historia, anotando el segundo a puerta vacía y con un lanzamiento de falta estratosférico, solo al alcance de los elegidos. Desde 29 metros la clavó el líder rosarino por toda la escuadra de Alisson. Rubricando ese valioso 3-0, que a falta del partido de vuelta en Anfield, coloca al FC Barcelona con un pie en la final del Wanda Metropolitano.

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