Se
adelantaron los andaluces por dos veces, la primera por mediación de
Navas y luego de Mercado, ambos tantos tras despistes de la zaga
azulgrana. Messi, que propició el primero tras errar un pase
filtrado, lo arregló a los cuatro minutos con un empalme brutal. El
fallo de Ter Stegen en la salida jugada de la pelota lo solventaría
el mítico rosarino con una actuación monumental en la segunda
parte en la que dejó helados a todos los aficionados blancos.
En
ella el pibe desmontó el sueño Champions del Sevilla. Colocó un
tiro en la escuadra con la derecha, dedicada a ese buen jugador
conocido por Pelé y que afirmó en su día que Messi solo chuta con
una pierna. Cerró su triplete particular con una vaselina sutil que
maravilló a todos y que supuso la barbaridad de 36 goles marcados al
Sevilla en 35 partidos. Y todavía le sobró tiempo para poner fin a
la sequía goleadora de Suárez, dándole una asistencia de lujo, que
cerraba un partido descomunal del argentino de oro.
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