lunes, 9 de octubre de 2023

Granada, la cumbre europea y los valores del madridismo

 

Empató el FC Barcelona en Los Cármenes, un 2-2 insuficiente para un equipo que aspira a ganar LaLiga. Se vio un Barça con mordiente y con ansias de triunfo, pero los fallos puntuales le condenaron a esa pérdida de dos puntos en Granada. Una ciudad que está en la primera plana mundial tras recibir en una cumbre a los líderes de la Unión Europea. Y mientras los máximos mandatarios, casi 50 líderes, vinieron a la capital andaluza a trabajar y pasarlo bien, el Barcelona solo venía a lo primero. A pesar de sus numerosas y relevantes bajas, el último en caer fue Lewandowski, se pusieron el mono de faena y solo la mala lectura de Gavi a los 17 segundos y los destellos de calidad de Bryan Zaragoza no permitieron sacar la victoria que se buscaba contra el penúltimo clasificado.




Algunos aún estaban buscando su asiento y otros no habían ajustado bien el volumen de la televisión cuando Bryan ya había castigado con gol una pérdida garrafal de Gavi. Y eso que el saque inicial lo realizaron los catalanes. Los visitantes se sobrepusieron paulatinamente, y con altísima posesión de balón dominaron y encerraron a los de Paco López y su defensa de cinco, o de nueve según se mire, pues salvo Boyé y Bryan los demás conformaban una zaga férrea y consistente. El control de los azulgranas y su consiguiente acercamiento al área rival no fue obstáculo para que Bryan le hiciese un traje a Koundé y anotase el segundo. El asunto, que ya pintaba mal, tornó a grave. Hasta que al filo del descanso Lamine Yamal acortó distancias, anotando a placer el tanto que lo convierte en el jugador más joven de la historia en anotar en liga, con 16 años y 87 días.

Tras la reanudación los locales siguieron defendiendo a ultranza, mientras los culés acumulaban posesión y varios ataques con peligro. Ferrán fallaba más de lo habitual, y no hacía olvidar a Lewy. A Xavi no le quedaba un solo delantero sano en el banquillo, así que tuvo que tirar de Romeu y Sergi Roberto, cambiando posiciones para tratar de agitar el duelo. Gundogan y Araujo probaron a André Ferreira sin suerte. El gol del empate, obra de Sergi Roberto, llegó precedido de una muestra de los valores del madridismo: dos de sus canteranos, Vallejo y Callejón, dieron una lección de cobardía y mostraron al mundo lo barriobajero de su talante, tirándose ambos y haciendo teatro para simular falta y provocar que el árbitro anulase el gol. Quedaron retratados gracias a las numerosas repeticiones, enseñando al mundo que hay jugadores como Callejón que no merecen estar en este maravilloso mundo del fútbol, y que tienen que ser sancionados y alejados de este noble deporte. Por lógica pura y dura: nobleza y vileza no encajan. Pero aún hubo tiempo para una polémica mayor, Joao Félix marcó de cabeza el tercero, pero al VAR y al árbitro les dio por anularlo, alegando que interfería Ferrán, que estaba en fuera de juego. No podemos estar de acuerdo en ningún caso, el delantero valenciano estaba lejísimos de poder alcanzar el balón. Pero quizás el empate era lo más justo tras lo visto en los 90 minutos de juego.

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