viernes, 3 de marzo de 2023

El Barça asalta el Bernabéu en la Copa

 

El FC Barcelona, contra todo pronóstico, se impuso al Madrid a domicilio (0-1). De todos es sabido que en un clásico no hay favorito y que puede pasar de todo, pero este era uno de esos partidos en el que los merengues se frotan las manos, se arremolinan en torno al televisor o acuden en masa al Bernabéu a presenciar la goleada, o en su defecto a saborear un marcador favorable, dadas las cuantiosas y relevantes bajas del eterno rival. Y es que el Barça se presentaba en la capital con lo justo para este partido de ida de semifinales de la Copa del Rey. Sin Lewandowsky, sin Dembélé, y sobre todo sin la magia de Pedri. Esto es, un cordero iba al matadero. Pero hete aquí que la megaestrella no fueron ni Vinicius, ni Benzema, fue contra viento y marea un defensor, pero ¡qué defensor! Nada menos que el inexpugnable Ronald Araujo, a día de hoy el mejor central del planeta fútbol. Que le comió la tostada a Vini Jr. y se erigió en el baluarte total de un Barça descafeinado.




El choque nos dejó dos datos relevantes, a la par que inverosímiles: El Barça tuvo un paupérrimo 35% de posesión de balón, y el Madrid no tiró a puerta en todo el partido. Obviamente si un equipo no mete la pelota entre los tres palos y los visitantes lo hacen un par de veces, puede suceder que, aunque sea de rebote, como fue el caso, los de Xavi se adelanten en el marcador con gol de Militao en propia puerta. Sucedió tras disparo de Kessié, que repelió Courtois y que el zaguero portugués metió en su portería. Él no quería.

Con tan pocos efectivos en ataque, y un tanto a de ventaja el Barcelona se atrincheró en torno a Ter Stegen, y los blancos chocaron, una y otra vez, contra un muro. El atasco de los locales era monumental, ni por asomo tuvieron lucidez para proponer peligro efectivo, los centros de Carvajal parecían de broma, Vinicius no se marchaba ni una vez de Araujo, que le minó la moral sin contemplaciones, y Ancelotti no encontraba soluciones, ni tan siquiera con Rodrygo, su revulsivo favorito. Mientras Xavi se desesperaba en la banda, viendo como los suyos no daban tres toques seguidos, pero al tiempo respiraba tranquilo observando los inofensivos balones al área del Madrid, solventados con mucha suficiencia por Araujo, Koundé y Marcos Alonso.

El Barça, sin su estilo más reconocible, pero con sobriedad y autoridad, realizando un ejercicio de resistencia mayúsculo y un esfuerzo encomiable, se reivindicó, y, pese a las bajas y las dos recientes derrotas, firmó una proeza en el feudo madridista, que le acerca un poco a la final de Copa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario