jueves, 11 de marzo de 2021

Otra temporada de adiós a la Champions

 

Se despidió el FC Barcelona de la Champions League 2020-21, empatando en el Parque de los Príncipes (1-1) ante el PSG. Cayó con honor, según varios medios de comunicación, con lavado de imagen si atendemos a otros, ambos titulares podrían valer, de hecho el Barça se marcó un partido memorable en París, pero no hay que olvidar, y sí subrayar que hicieron un ridículo tremendo en la ida disputada en el Camp Nou (1-4). Eso sí, se puede afirmar que los de Koeman pudieron dar la vuelta a la eliminatoria, a punto estuvo de arder París si hubiese acompañado un poco la fortuna, pues los tres disparos de Dembélé en los compases iniciales, el tiro al larguero de Dest y el penalti fallado por Messi, pudieron haber metido el miedo en el cuerpo a los franceses.




El conjunto azulgrana dio un recital de fútbol trenzado, de cómo generar ocasiones de gol, de empuje y de coraje, pero, a todas luces, no fue suficiente. El resultado del Estadi pesaba como una losa, aún así se intentó. Dembélé estuvo negado de cara a gol, y buscó el tiro al muñeco toda la noche, se llevó todas las chochonas de la feria. Luego llegó el desdichado pisotón de Lenglet a Icardi, que el árbitro no vio, pero que con el delantero quejándose y con la bota fuera pintaba muy mal en una revisión de VAR. Penalti y gol de Mbap. Está canalla Lenglet, si pone un circo le crecen los enanos. No se resquebrajó el Barça y un zapatazo descomunal de Messi desde Rosario puso la igualada en el electrónico, todavía había que remar contracorriente. Imposible se tornó la empresa cuando al filo del descanso Keylor Navas le detuvo un penalti a Leo.

Los visitantes no tiraron la toalla, pese a las adversidades, en el segundo acto lo siguieron intentando, ya con menos energía y creatividad. Además ahora el PSG presionaba más arriba para evitar la circulación fluida de los culés. Las llegadas al área gala ya fueron menos constantes, con poca peligrosidad. Alguna ocasión de Messi y un disparo de Griezmann, ya fueron del todo insuficientes para consumar la hazaña. No caía el Barcelona en octavos desde 2007, algo difícil de digerir para este grandísimo club, que por cierto estrenaba presidente, Joan Laporta. A ver si con el nuevo mandatario se puede retornar la senda de los títulos, que a día de hoy están muy caros en la Ciudad Condal.

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