sábado, 7 de marzo de 2020

La Real lo pone difícil en el Camp Nou


Venció, pero no convenció, el FC Barcelona a la Real Sociedad (1-0). Gracias a un penalti señalado por el VAR en los últimos minutos. Fue una mano en el área visitante que no vio Munuera Montero y que sirve a los azulgranas para retomar el liderato de LaLiga que se dejaron hace una semana en el Bernabéu. Fue otro encuentro gris de los culés. Cuando en muchos partidos que disputa el Barça la primera palabra que se te viene a la mente es “gris” eso implica una mala, pero que muy mala señal.


Gris, penoso, deplorable, tristón,… y así podríamos seguir hasta el final del artículo, con palabras desesperantes, como el juego del Barcelona de Setién. El pseudojuego, mejor dicho. Un fútbol que aburre a la ovejas y que no da más de sí. Un cúmulo de despropósitos del que no se salvan más que Messi y Piqué, una vez más. A veces también Ter Stegen, pero es que contra el equipo txuri-urdin no tuvo que intervenir, prácticamente. Este Barça, que pierde identidad cada encuentro que disputa, ya no impresiona al rival, es frágil y maleable. Es líder en el campeonato doméstico y probablemente estará en los cuartos de final de la Champions, pero con esta paupérrima imagen y ese juego deslavazado apunta a no ganar nada.
Los donostiarras sin hacer nada fuera de lo normal merecieron más en el Estadi. Los culés con Braithwaite de inicio no carburaban, el danés solo ponía ganas, Griezmann, ni eso. Messi estaba muy solo y De Jong sigue fuera de sitio. Casi nadie se ofrece y pocos buscan los espacios, ni Rakitic es Rakitic. El tanto de penalti de Messi en el minuto 80 fue un alivio momentáneo, pero todo un Barça no puede vivir de eso. Es insostenible. Como lo fue el jugar los diez últimos minutos con los dos laterales izquierdos por la misma banda, en un ejercicio defensivo pocas veces visto en el Camp Nou.

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