lunes, 18 de marzo de 2019

Messi sale ovacionado del Villamarín y se apropia de LaLiga


Espectáculo en estado puro. Eso es lo que ofreció Messi en el Benito Villamarín, un hat-trick con dos goles espectaculares y uno excelso, le valieron para recibir una estruendosa ovación del estadio bético, acompañada de gritos de “Messi, Messi,...”. Y eso que los verdiblancos habían encajado un 1-4 que afligiría al más pintado, pero se sobrepusieron a la goleada y aplaudieron al futbolista más grande de la historia.


En lo referente al partido propiamente dicho comentar que Valverde, harto de la displicencia de Coutinho, varió el sistema del FC Barcelona y dispuso un 4-4-2, en el que Arturo Vidal relevó con acierto al tristón brasileño. No puso la calidad que tiene, o que se supone, a Philippe, pero dio un recital de robos y de dejarse la piel sobre el césped. Lo cual también ayudó, y mucho, a contener la línea de cinco mediocampistas con la que Setién pretendía sorprender al Barça como hizo en la primera vuelta.
Esta vez no fue así. Los azulgranas de la mano de Leo contuvieron las acometidas de los sevillanos y dispusieron de las mejores ocasiones para marcar. No fue el mejor partido de Rakitic y de Busquets, pero ni tan siquiera hizo falta su mejor versión, con la pólvora de los dos de arriba fue más que suficiente. Messi inauguró el electrónico con un zambombazo de falta que se coló por el lado de Pau López (un espectador más en la noche gloriosa del rosarino). El Real Betis trató de igualar la contienda con alguna acometida de Joaquín, pero fue el Barça el que en el minuto 46 ponía el 0-2 con otro tanto de Leo, tras brillante asistencia de tacón de Suárez.
Tras la reanudación el choque fue de menos a más, primero con ambos conjuntos contemplativos y luego con los visitantes desatados. Fue Suárez el que marcó un gol de bandera, cogiendo el esférico en la medular y yéndose de cuatro defensas, en plan Ronaldo “el bueno”, y definiendo a la perfección el tercero, que sentenciaba el choque. Loren Morón acortó distancias con el único disparo de los locales entre los tres palos. Pero quedaba lo mejor, en el 85 Messi se apoyó en Rakitic, el croata se la devolvió y el D10S del fútbol la tocaba de sutil vaselina para poner al estadio a sus pies y La Liga también.

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