sábado, 17 de febrero de 2018

Un Barça con poco juego y mucha pegada en Ipurua

Este FC Barcelona de Valverde nos está acostumbrando a un juego de más contención, menos vistoso. Más pragmático. Un conjunto el azulgrana que se impuso 0-2 en Eibar ante un equipo que le disputó el esférico, que lo tuvo contra las cuerdas, pero que sucumbió ante el empuje y la solidez de este otro Barça. Ese Barça que contemporiza, que te sujeta con una zaga consistente, con un Piqué imperial y con un titánico Ter Stegen. Y arriba la pólvora ofensiva de Messi, o como en este caso Luis Suárez.


Un asistencia al espacio del rosarino sirvió en bandeja el tanto inaugural del killer uruguayo. Se cumplía el primer cuarto de hora y el Barça se adelantaba en el electrónico ante un buen Eibar, que demostró que su posición en la tabla clasificatoria no es casualidad, y que los métodos aguerridos de Mendilibar les cunden a sus chicos.
El tanto de Suárez demostró a los armeros que no bastaba con ser descarado y dominante para noquear al líder. Un líder que, abstrayéndose del partido contra el Chelsea, puso a su once de gala en Ipurua, dejando en el banquillo casi 250 millones de euros pagados por Coutinho y Dembelé. Tras la reanudación los locales siguieron inquietando al Barça, pero la estulticia de Orellana -autoexpulsado con dos amarillas de juvenil- les dejó en inferioridad ante un equipazo que ya no perdonó con el gol de la sentencia, de Jordi Alba en el 88. Valverde obtuvo lo que quería, los tres puntos y mantener al Atlético a 7 puntos.

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