domingo, 24 de septiembre de 2017

El harakiri gerundense ante el Barça

El FC Barcelona se estrenó en el nuevo derbi catalán en Montilivi con victoria (0-3) contra un Girona que se suicidó con dos goles en propia meta, dejando a la parroquia local anonadada. Y aburrida, porque el entrenador Machín decidió hacerle un marcaje al hombre a Messi, y el argentino casi no apareció en el partido. Me pongo en el lugar del espectador que paga 60 ó 100 € y no puede disfrutar ni un minuto del mejor jugador de la historia. Vamos para acordarse de Machín y de su señora madre.


Este Machín no está hecho para entrenar en primera. No es de recibo un tío que pone en su propio feudo a tres centrales, cinco defensas y un marcaje individual de los de otra época, eso por no hablar de los once pavos que metió en su mitad del campo. Maffeo, siguiendo sus órdenes, dejó a un lado la publicidad del Cola-Cao con la camiseta del City para hacer un anuncio de Rexona, el desodorante que no te abandona. Se pegó a Messi cual lapa pegajosa y no se apartó del astro argentino durante todo el duelo.

La suerte -o el karma de Machín- se aliaron con el líder de la liga, los autogolesde Aday e Iraizoz ponían las cosas harto complicadas a los gerundenses. El Barça jugó un partido horrible, desesperando a la parroquia culé y jugando con fuego durante los primeros 48 minutos. En el 69 los de Valverde consiguieron marcar un tanto por sus propios medios, fue obra de dos culés centenarios: asistencia de Sergi Roberto y remate ajustado al palo corto de Luis Suárez. Y el FC Barcelona suma y sigue.

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