Godín la caga y Villa tira de la cadena (II)

Si mezquino fue el comportamiento de Diego Godín en la ida de la Supercopa de España, disputada entre Atlético y FC Barcelona, cuando el central colchonero conminó a sus compañeros a rematar a Messi, viendo que el crack argentino estaba lesionado en su muslo izquierdo, ahora volvió a ser deleznable, pisoteando a Alves, cuando estaba tendido en el suelo. La penosa actitud del defensor uruguayo, propia de un impresentable y que en nada tiene que ver con este bello deporte, contradice todos los principios del fair play que se propugnan desde las altas esferas.

El “2” rojiblanco quedó retratado, si en el partido del Calderón apuntábamos que ya se cubrió de mierda hasta las orejas, estando ya a la altura de "jugadores" de su calaña, como Goicoechea, Pepe, Ujfalusi, y un largo etcétera de miserables que se deberían dedicar a picar piedras en vez de a partir piernas o invitar a hacerlo, ahora tras el duelo del Camp Nou podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que ha superado a todos (salvo a Pepe), quedando retratado como un ser despreciable, tirando a muy despreciable.

De otro lado, comentábamos que el primer encuentro nos dejó otro gesto, menos agresivo que los anteriores de Godín, pero también muy poco acertado. Fue el Villa ante su ex equipo, celebrando su magnífico gol como si le fuese la vida en ello, recorriéndose toda la línea de fondo y gritando un desatinado: “¡toma!”. Lo calificamos como absolutamente fuera de lugar y el público del Estadi hizo lo propio, silbando al Guaje al ser sustituido. Bien merecido lo tuvo, es que le debían algo, qué culpa tiene el Barça de que se haya estado un año lesionado y otro viviendo de las rentas de su primera temporada. Otro que quedó retratado por su falta de respeto a la afición blaugrana. Tanta gloria lleve como descanso deja.
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