Clásico descafeinado a la hora del café

El FC Barcelona cayó en el Bernabéu por 2-1, en un duelo que fue de los más insulsos que se recuerdan en los últimos tiempos. Hasta la hora, las 4 de la tarde, ya era desaborida. Parecía que los dos eternos rivales daban por bueno el empate, antes y durante del encuentro. Si el partido del Madrid fue pobre, el del Barça fue un desastre, y ni tan siquiera el robo en el último minuto que sufrieron por parte del árbitro, justifica la displicencia de los azulgranas.

Se adelantaron los blancos a los seis minutos, un buen centro de Morata, lo aprovechó Benzema, que solo tuvo que empujarla. El joven canterano fue de los más incisivos de los locales. No tardó en responder Messi, que se la volvió a liar a Ramos y batió a Diego López de zurdazo raso. Pero a partir de ahí el Barça se desintegró, no buscó la victoria como es su costumbre.

En la reanudación, Mourinho, que había puesto más suplentes que titulares, pensando en el Manchester, sacó a Cristiano en busca de los tres puntos. El portugués disparó más veces en media hora que todo el Barcelona junto en los 90 minutos. Ramos, de perfecto testarazo, anotó el segundo a la salida de un córner. En el último suspiro el propio central derribó clamorosamente a Adriano en el área. Pérez Lasa, que ha arbitrado 30 partidos al Madrid y no le ha pitado ni un solo penalti en contra, no quiso estropear su “blanca” estadística para su última temporada en el arbitraje.

Lo único a lo que se puede agarrar el Barça es que sigue liderando la Liga con una cómoda ventaja, 11 puntos le saca al Atlético y 13 al Madrid. Eso sí, no podrá tirarse esas siestas que se pega últimamente, y en Champions, mucho tendrán que cambiar la actitud para remontar el 2-0 favorable al Milán.

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