Excluyendo los premios a los jugadores azulgranas en Mónaco y el fichaje de Chigrinskiy, no hay muchas razones más para esbozar sonrisas tras el sorteo de La Champions, después del cual, el FC Barcelona no ha salido bien parado.
Si bien debe superar esta fase, se va a enfrentar a equipos que provocarán un notable desgaste en su mermada plantilla, en una temporada saturada de partidos y con un Mundial a la vuelta de la esquina.
Para empezar, máxima exigencia ante un espectacular choque de trenes, el Inter de Mourinho, una escuadra italiana a la antigua usanza, que últimamente monopoliza escudetos en el Calcio, y ahora reforzada por el extramotivado león indomable, Samuel Eto'o.
Y después, los interminables viajes y el frío invierno de Rusia y Ucrania, ambos contendientes, ya muy rodados en sus respectivas ligas. Los rusos del Kazan, impresionan liderando la suya por delante de los históricos equipos moscovitas. Y los ucranianos del Dinamo de Kiev renacen de sus cenizas, tras superar la travesía del desierto sin Rebrov y Shevchenko.
Pero el Barça pasará ronda, por supuesto. Es la referencia mundial. Es el influjo sutil. Es la gloria balompédica. Es el desparpajo respetuoso. Es ... el actual campeón.
pero qué bien escribes...
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