El
FC Barcelona comenzó con buen pie la era Flick, imponiéndose con
merecimientos al Valencia CF por 1-2, en un campo complicado como es
Mestalla. Sumó sus tres primeros puntos en esta liga 2024-25, y lo hizo a pesar
de dos condicionantes de peso: el primero fue el hecho de que todo un Barça
saliese a jugar de amarillo contra un rival de blanco, vergonzoso, los culés
quieren ver a su Barça de azulgrana siempre, pero contra el Valencia vestir de
amarillo es una ignominia. El director de marketing no estará de acuerdo, pero
tiene que primar el color azulgrana para todo el planeta fútbol que sigue al
Barça. Y la segunda, y no menos grave, fue la inclusión en el once titular de
Íñigo Martínez, teniendo a Christensen en el banquillo. El central
vasco confirmó que no es jugador para el Barcelona, y firmó la peor actuación
que se recuerda de un central azulgrana desde los tiempos de Chygrynskiy.
Centrándonos
en el duelo en sí, la victoria tiene cierto mérito, ya que la medular del Barça
era de circunstancias. Casadó, Bernal y Raphinha organizando el
juego blaugrana era una moneda al aire. Salió cara, eso sí. Tampoco hay que
lanzar las campanas al vuelo porque el conjunto ché no es ni la sombra
de lo que fue, acuciado por la mala gestión de Peter Lim, que está más por
descomponer la plantilla que por fortalecerla. Al menos eso es lo que demuestra
en los tres últimos años. El Barça fue mejor técnica y físicamente. Los de Baraja no inquietaron en exceso la portería de Ter Stegen, y tampoco
es que supliesen la falta de calidad con poderío físico, ya que acabaron
desfondados, y prácticamente sin atacar, lo cual provocó los silbidos de su propia
afición.
No
hubo demasiadas ocasiones claras de gol, pero los locales tuvieron una y la
enviaron a la red, lo hizo Hugo Duro de precioso cabezazo en el 44. Y el 2-0
estuvo cerca, pero Cubarsí sacó bajo la línea de gol un remate que ya
cantaba Mestalla. Acto seguido llegó el empate del Barça en la prolongación,
Lamine Yamal asistía a Lewandowski, para que este inaugurase su casillero
goleador. Tras la reanudación Mosquera picó como un juvenil y cometió penalti
sobre Raphinha, que transformó el polaco, para completar su doblete. De ahí hasta
el final poca chicha por parte de ambos contendientes. Gustaron y mucho, la
calidad y el esfuerzo que mostraron Casadó y Raphinha, y el acierto goleador de
“Lewy”. Tres puntos para el Barça, primordiales para comenzar bien esta nueva
andadura liguera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario